Raimundo Fitero
DE REOJO

Método

Existe un método muy trabajado para ir inoculando el fascismo en la sociedad. Para llevar la contraria a los que están por la labor de blanqueo, diré que no es una batalla cultural, sino una suerte de contracultura o anticultura democrática. Se trata de ir socavando desde las instituciones todo el tejido creado durante décadas de una idea de una sociedad del bienestar que da cobertura a la ciudadanía en todas su singularidades. La intervención del vicepresidente de Vox en Castilla y León ha sido una demostración de lo que van a ir haciendo allá donde la otra cabeza mayoritaria de la extrema derecha les de espacio, tribuna y presupuesto.

Es un método ensayado de manera insistente en las intervenciones de Ayuso, donde con cuatro consignas que deben ser muy simples, crear una idea de que todo lo que está fuera de su órbita, sea la izquierda rosa, la izquierda sublime o los animalistas son comunistas, o en su caso los independentistas que se asimila sin orden ni jerarquía con los antiespañoles. En ese paquete como reiteró durante décadas Franco, están las hordas comunistas que coartan las libertades, que dictan las maneras de comer, beber, follar y reproducirse. Y van subiendo el lenguaje excluyente, ofensivo, beligerante que crea campos de fascismo puro y duro. Van cosificando a sus contrincantes políticos, llaman asesinas a quienes abortan, señalan a los que intentan educar sexualmente en las escuelas como incitadores a la perversión. Una absurda desmesura dicha desde escaños de parlamentos lo que las validad y que tienen efectos devastadores en las clases populares donde van calando y germinan.

Lo más importante a señalar es que este método se aplica en EE. UU. igual que en Italia, Portugal, Hungría o toda la cristiandad. Con palabras calcadas, con tonos semejantes. La Internacional fascista.