Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
CRÍTICA «PACIFICTION»

Bajo otro volcán

La opción elegida por Albert Serra es tan válida como cualquier otra para retratar las disfunciones de un paraíso decrépito que sufre la lacra colonial. Alejado de lo convencional, el firmante de obras como “La muerte de Luis XIV” vuelve a poner de manifiesto su punzante estilo para retratar mediante la provocación un microcosmo humano errante. En este su acercamiento a la Tahití contemporánea, en concreto a la llamada Polinesia Francesa, topamos con un sujeto que podría estar tranquilamente compartiendo alcohol y desencanto con aquel excónsul británico alcohólico y caído en desgracia que veía pasar las noches de Cuernavaca en la novela de Malcolm Lowry titulada “Bajo el volcán”.

En esta oportunidad, el retratado es el Alto Comisario de la República De Roller, representante del Estado francés en un auténtico polvorín sobre el que siempre pesa la amenaza de que alguien prenda su mecha. Tras las espectaculares olas que azotan las costas paradisíacas de Tahití, se descubre un imaginario teñido de sexo y un lujo decadente que gravita en torno a garitos de mala muerte. En este territorio se desenvuelve como pez en el agua el personaje encarnado por Benoît Magimel, el cual nos sirve de guía a lo largo de esta original visión del neocolonialismo. Dicho personaje siempre observará de reojo hacia el Pacífico Sur, cuyas aguas esmeralda ocultan en sus profundidades un submario que, cual presencia fantasmal, se convierte en un rumor que derivará en amenaza debido a que certificaría la reanudación de los ensayos nucleares franceses en la zona. Catárquica en sus formas y en la manera de exponer sus temas, “Pacifiction” sorprende con sus constantes giros, su gran y colorista fuerza visual y, sobre todo, por un personaje de estilo cambiante que tiene la virtud y el riesgo de dejar descolocado al espectador.