Natxo MATXIN
Entrevue
Roberto torres
Jugador del Foolad y excapitán de Osasuna

«Me ha sorprendido el buen nivel que tiene el fútbol iraní»

Aunque su debut se hizo esperar hasta que quedó libre una plaza de extranjero, Roberto Torres tuvo un estreno con la camiseta del Foolad por todo lo alto, anotando un gran gol que supuso la victoria de su equipo nada menos que frente al líder Persépolis, lo que certifica la apuesta que ha realizado el técnico del equipo iraní, Javad Nekounam, por el de Arre.

(Roberto TORRES)

Quiere pasar página. Su trayectoria en Osasuna ya es historia y ahora desea centrarse en la etapa que va a vivir en el fútbol iraní de aquí a junio. Reconoce que pasó «un mal rato» por no jugar en Anoeta lo que hubieran sido sus últimos minutos como rojillo y, aunque no las comparte, acepta como profesional las decisiones deportivas que se tomaron respecto a él.

Debut y gol que da la victoria ante el líder. Eso sí que es empezar con buen pie.
Mejor imposible. Contra el equipo más grande de Irán, el partido que, según me dijeron, es el más importante para el club y para la afición. Así que muy contento por el gol y por el triunfo, pese a que el debut se hizo de rogar.
¿Y eso?

La reglamentación en el fútbol iraní solo permite la inscripción de tres extranjeros por equipo. Yo ocupo una de esas plazas y, para que pudiera jugar, era necesario que el club le rescindiese el contrato a otro futbolista, pero el tema se fue alargando en el tiempo. Llegué aquí el 3 de enero y hasta el 27 no he podido jugar, se te hace un poco duro.

¿Y qué impacto ha tenido su llegada?

Estoy sorprendido y encantado porque, incluso antes de que el fichaje se hiciese oficial, la gente por la calle ya me paraba. En este mundo del fútbol, es imposible guardar secretos y los aficionados son muy amables y te piden fotos o lo que sea. El recibimiento ha sido muy hospitalario y todo el mundo te quiere invitar a algo, en función del establecimiento en el que estés.

¿Cómo han sido sus primeros días en Irán?

Al principio me alojé en un hotel que estaba un tanto apartado y eso se me hizo bastante duro, pero ahora ya estoy instalado en un apartamento muy chulo, que está rodeado de una importante zona comercial, en la que hay bastantes servicios, con tiendas modernas y nuevas.

¿Se ha sentido arropado por el club?

En todo momento, tanto por el cuerpo técnico, como la plantilla o los servicios médicos. Por lógica, me relaciono más con quienes hablan inglés, que no son muchos. Pese a ello, nos comunicamos con gestos, pues tratan de hacerte sentir a gusto e intentan interactuar de esa manera. La verdad es que estoy muy a gusto.

El gol habrá reforzado la apuesta que han hecho por usted.

Después del partido, es una de las cosas en las que me paré a pensar. Creo que para Javad [Nekounam] -entrenador del equipo y ex rojillo- también fue importante que yo empezase bien, porque él había insistido mucho en que viniese. Por ser quien es, ya tiene bastante poder en el club, pero entiendo que esto le habrá reforzado más todavía. Estoy doblemente contento por el esfuerzo que hizo para traerme y yo para venir, y que todo haya empezado tan bien.

¿Cuándo fue el primer contacto y cómo le convenció para que hiciese las maletas?

Empezamos las conversaciones en junio, con la idea de que comenzase la temporada aquí pero, por una serie de razones, decidí quedarme en Osasuna en aquel momento. Posteriormente, siguió insistiendo y, como tenía contacto estrecho con gente que había estado aquí y tenía buenas referencias, pues finalmente me decidí, ya que me apetecía vivir una experiencia nueva. Nunca había salido de casa y creía que esto podía ser una buena elección, un cambio radical de mi vida que creo me puede venir muy bien.

¿Qué propuesta futbolística plantea Nekounam?

La idea inicial es jugar al fútbol desde atrás, pero está claro que eso también depende del partido y del rival que tengas enfrente, como nos ocurrió contra el Persépolis, un oponente muy fuerte. También condiciona el estado de los terrenos de juego que, por lo general, son bastante secos y el balón bota de manera irregular. Javad estudia muchísimo cada partido y cada adversario, en función de ello jugamos de una manera u otra.

¿Y qué le pide particularmente que haga en el terreno de juego?

Quiere que sea importante en el campo, que aporte mi experiencia, porque tenemos bastantes jugadores jóvenes. En cuanto a mi posición, he empezado jugando por la derecha, si bien su primera idea es que lo haga por el centro, pero va a depender también de los partidos. En definitiva, que disfrute y lo haga bien

Ha firmado hasta junio. ¿Ve factible prorrogar ese compromiso?

Me he comprometido seis meses porque quería volver a sentirme futbolista y porque más tiempo no podría estar sin mi familia. Mi idea es que este próximo verano donde decida jugar lo haré acompañado de mis seres más cercanos. No tengo ni idea de lo que puede pasar entonces y la verdad es que tampoco me preocupa.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del fútbol iraní?

Me ha sorprendido muchísimo porque, por desconocimiento, piensas que se trata de una liga menor, que quizás no haya mucho nivel, pero desde el primer entrenamiento ya me di cuenta que estaba equivocado. Los futbolistas lo dan todo, son físicamente muy buenos y también destacan con el balón en los pies. Lo que quizás les cuesta un poco más es el aspecto táctico, a la hora de decidir cómo actuar o llevar la jugada hacia un lado u otro, en función del partido.

Se le abre una nueva etapa después de cerrarse la de Osasuna. Tuvo una despedida oficial en El Sadar, pero ¿le hubiera gustado haberlo hecho sobre el césped, en Anoeta?

Por supuesto. Es evidente que despedirte en el campo es algo diferente, pero no me gusta darle vueltas a algo que ya ha pasado y que no se puede cambiar. Tengo claro que eso no va a emborronar toda mi trayectoria en Osasuna.

¿Se sintió molesto por no jugar ni un minuto?

No sé si la palabra es molesto, obviamente pasé un mal rato, sobre todo cuando me senté en el banquillo y vi que se acababa de esa manera, porque lo que quería era jugar y no pudo ser. Fue un momento duro.

¿Le transmitió el cuerpo técnico en junio que no iba a disponer de muchas oportunidades y que se buscase equipo?

También fue un momento que no me gustó, porque se podían haber hecho mejor las cosas. Se me comunicó que no iba a jugar mucho porque creían que no iba a estar al nivel y, en cambio, me veía perfectamente preparado. Después me pidieron que me quedase, aunque finalmente no participé prácticamente nada. Son cosas que no las he terminado de entender, pero es fútbol profesional y hay que aceptarlo.

Visto lo visto, ¿se arrepiente de no haber aceptado alguna de las ofertas que tenía el pasado verano?

Para nada, nunca me puedo arrepentir de haberme quedado en Osasuna, es mi casa y mi vida, lo que me ha hecho feliz siempre. He tenido varias veces la opción de salir, también en momentos en los que me iba muy bien y que podía mejorar, pero no he querido. Ha sido un acierto.

¿Cuesta asumir el pasar de ser un referente en el equipo a verse relegado al banquillo o la grada?

Por supuesto. Al final, todo futbolista lo que quiere es jugar. Y, por mucho que te sientas bien o que te creas partícipe en el equipo, si no tienes minutos y lo ves todo desde fuera, eso resulta muy duro. Sobre todo cuando sientes que tienes opciones y puedes aportar, pero no lo haces.

¿Y eso debilita también la relación que se haya podido tener con los responsables técnicos?

No, porque hay que entender que las decisiones son puramente deportivas, más allá de que las pueda entender o no. Sigo pensando exactamente lo mismo que hace varios años atrás de aquellas personas con las que me he encontrado en el camino. Creo que mi comportamiento ha sido ejemplar y que no he tenido ningún problema con ellas, no por nada, sino porque es mi obligación como profesional.

Cuando acabe su trayectoria como futbolista, ¿se ve en Osasuna desempeñando algún tipo de función?

Espero que todavía quede un tiempo para eso, aunque está claro que me gustaría, porque Osasuna es mi casa. Lo cierto es que ahora no sé lo que quiero cuando me retire, pero si entrase en el club, tendría que ser porque pueda aportar y sumar, no por nombre, sino porque me lo merezca.