El patio trasero anda revuelto
En el que se denominaba patio trasero de los EEUU nunca han podido asegurar que cuando llueve se moja como los demás, sino que, en cuestiones de narcotráfico, emigración y negocios multinacionales siempre llueve a gusto de otros. Cada amanecer intento ver lo que sucede desde México a Tierra de Fuego y no deja de sorprenderme la volatilidad de la vida política. Me deja casi sin aliento ver que Gustavo Petro hace una crisis de gobierno a los seis meses de su nombramiento y cambia a los titulares de tres ministerios, entre ellos Culturas, un plural muy significativo que se debe a su extitular Patricia Ariza. A Gabriel Boric de Chile le pasó algo parecido al ver que no se aprobaba popularmente la nueva constitución. La reacción ante cualquier contrariedad es girar hacia la derecha. Y eso solivianta.
En un recorrido por todo el mapa nos encontramos con paradojas magnificentes. Lo que excede a toda retórica es lo de Ortega en Nicaragua y su enfrentamiento con la jerarquía católica, asunto que obnubila, porque es obvio que la Iglesia no es material sanitario ni aséptico, pero que ahora prohíba las procesiones de Semana Santa huele a una voluntad totalitaria que empieza a formar parte de una leyenda del terror. En El Salvador, Bukele ha emprendido una campaña contra las maras que nos proporciona imágenes sobrecogedoras, como de una película distópica recargada de símbolos. Esos miles de jóvenes tatuados hasta en el alma, con pantalón blanco corto, corriendo como ganado asustado por los pasillos hasta formar en el patio de una cárcel especial no transmite otra cosa que terror.
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak

ASKE TOMA EL TESTIGO DEL HATORTXU EN ATARRABIA
