Mikel INSAUSTI
¿Y QUÉ TENDRÁ QUE VER EL AMOR?

La boda de mi mejor amigo pakistaní

Llevabamos mucho tiempo sin noticias de Shekhar Kapur, que vuelve al cine británico con una adaptación de un guion de Jemina Khan, verdadera autora del material que tiene entre manos. Tanto es así que se basa en su experiencia personal como británica que ha estado casada con un pakistaní, con nada menos que el primer ministro Imran Khan, del que tomó el apellido y su religión islámica. El personaje ficcional de Zoe (Lily James), no deja de ser su alter ego, ya que de soltera Jemina Goldsmith era conocida como presentadora y productora de televisión, ahora argumentalmente reconvertida en documentalista. Para el público anglosajón la historia tiene un mayor interés, puesto que su matrimonio fue muy seguido por los tabloides.

El estudio que Jemina Khan hace sobre la naturaleza del amor confronta las maneras opuestas de ver las relaciones de pareja en Oriente y Occidente, donde se mira por encima del hombro a las tradiciones y costumbres de países musulmanes, en los cuales todavía existen los casamientos concertados. Por ello contrapone dicho emparejamiento asistido con las nuevas técnicas de busqueda de pareja en Internet, concluyendo que esta última no es mejor que la otra porque el amor nace de la cercanía y el trato íntimo.

Una teoría que Kapur lleva a la práctica en una comedia romántica de manual, eso sí, llena de exotismo. El que Zoe se interese por la boda concertada de su vecino Karim en Lahore para realizar un documental viajero, no es más que la excusa a fin de darles tiempo para que terminen felizmente juntos. El esquema genérico es exactamente el que plasmó con éxito el australiano P.J. Hogan en “La boda de mi mejor amigo” (1997), pero con el añadido de las vistosas coreografías de Bollywood, que bien valen una boda. Y la que hace reír como madre de ella es Emma Thompson.