Jornada casi redonda para los dos equipos vascos de la Liga Asobal, con victoria para Bidasoa Irun ante el Guadalajara (25-30) y empate, que sabe también a triunfo, de Helvetia Anaitasuna ante el Huesca en el último suspiro (29-29).

Bidasoa Irun volvió a demostrar que se encuentra en un buen momento de forma en esta temporada algo irregular que está viviendo. Los de Jacobo Cuétara supieron cambiar de chip -pasar de EHF European League a Liga Asobal-, y volvieron a lograr un nuevo triunfo que los mantiene en los puestos de arriba de la clasificación. Además, les da moral para encarar el choque europeo de vuelta de los octavos de final en Lisboa, a donde partirán con tres goles de ventaja logrados en Artaleku.

Un 0-2 fulgurante y la exclusión temprana de Haitz Gorostidi pusieron de inmediato a Bidasoa por delante en el luminoso. Reaccionó el cuadro local buscando y encontrando a su pivote, Jorge Romanillos (el capitán hizo 4 goles en la primera mitad), a lo que resppondio la escuadra amarilla con dos goles calcados de Mikel Zabala, desde su extremo.

La efectividad en el lanzamiento de los pupilos de Jacobo Cuétara era casi del 100%, así que tocó al Guadalajara ir a remolque del rival. Eso sí, del 8-13 se pasó al 16-17, pero un gol sobre la bocina de Iñaki Cavero dejó un 16-18 al descanso.

En la reanudación, el Guadalajara salió a por los puntos, y empató superado el primer parcial del segundo período (19-19). Más tarde empatarían a 22, hasta que el Bidasoa Irun se adelantó 22-25 y dejó anclados a los locales para cerrar una exitosa semana con una nueva victoria y pensar desde ya en Europa.

ANAITASUNA, SOBRE LA BOCINA

Cuatro encuentros acumulaba Anaitasuna sin conocer la victoria con la cruel eliminación copera todavía coleando. La capacidad de los chicos que dirige Quique Dominguez por revertir malas dinámicas empujó a su afición a volver a las gradas del pabellón ante la visita de un Huesca empatado a puntos con los navarros. Los de Nolasco metieron la directa en la primera mitad hasta colocarse cinco tantos por encima. El Huesca se mostró más contundente en ambas áreas y se fue 13-17 al descanso. Anaitasuna se acercó a uno tras la reanudación, pero Montoya y Benites se encargaron de poner tres arriba a su equipo. Domínguez volvió a pedir tiempo muerto de cara a los últimos minutos y su equipo salvó los muebles con un empate sobre la bocina tras el gol de Mikel Redondo.