Isidro ESNAOLA

Las corporaciones aprovechan la inflación para aumentar beneficios

La falta de suministros tras el confinamiento fue el detonante que lanzó la actual dinámica de alza continuada de precios con la que las empresas pretenden proteger su margen de beneficios. Un reciente estudio señala que la ausencia de una reacción política temprana ha provocado una escalada de precios difícil de detener.

(GARA)

La portada de ‘‘Financial Times’’ del pasado miércoles estaba encabezada por la fotografía de Xi Jinping y Vladimir Putin. Debajo, una noticia informaba de que la caída de la esperanza de vida en Gran Bretaña restaba urgencia a la decisión de elevar la edad de jubilación a los 68 años. A su lado, el gráfico que ilustra esta página y que muestra el récord de beneficios de las empresas no financieras en EEUU en estos tiempos de imparable inflación. No habían logrado semejantes márgenes desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La portada ofrece un perfecto resumen de la actual coyuntura: el orden económico mundial está transformándose, pero lo que no cambia en Europa es la presión para jibarizar el estado de bienestar mientras las grandes corporaciones multiplican sus beneficios aprovechando el alza continua de los precios.

El gráfico se publicó en un reciente artículo de los profesores Isabella M. Weber y Evan Wasner en el que se preguntaban por qué razón las empresas obtienen sus mejores resultados precisamente cuando los precios suben. Podían haber subido antes los precios y, sin embargo, no lo hicieron. Los autores del artículo proponen algunos elementos para comprender esa dinámica y aportan algunos ejemplos que ilustran sus razones.

MOTIVOS EMPRESARIALES

A su juicio, hay cuatro explicaciones para este comportamiento empresarial. En primer lugar, sugieren que las empresas tienden a no bajar los precios para evitar guerras que solo les traerían perjuicios. Suben y esperan que el resto también opte por el alza de precios. A fin de cuentas hay un interés común en proteger los beneficios y ese interés provoca un efecto manada. En este aspecto, la cultura empresarial también puede servir para contener la escalada de los precios. En Japón, por ejemplo, está mal visto que las empresas suban los precios al menor cambio en sus costes. Y a juzgar por la inflación, que ha sido del 3,3% mientras en Europa el alza de precios ronda los dos dígitos, funciona.

En segundo lugar, una conmoción amplia que afecta a todo un sector económico puede provocar acuerdos que empujen a subir los precios para proteger los márgenes. Una importante razón para aceptar este tipo de compromisos es que las compañías que no logren el volumen de ganancias esperado pueden verse penalizadas por los inversores financieros, a quienes solo interesa la rentabilidad de su inversión. Los acuerdos explícitos o implícitos son bastante habituales, especialmente cuando unas pocas empresas dominan el mercado. Ahí está el ejemplo del cartel de las constructoras o el de las consultorías recientemente sancionados.

Otro de los motivos se produce cuando la oferta no alcanza para cubrir toda la demanda y se forma un cuello de botella que puede dar a algunas empresas un monopolio temporal que les permitirá aumentar los precios, no solo para mantener sus beneficios, sino para aumentar los márgenes. Cuando se controla prácticamente el mercado, apenas hay restricciones al alza de precios. En este aspecto, el artículo muestra que el aumento en el margen de beneficios de la compañía de logística Maersk solamente en una pequeña parte se debe al aumento de volumen transportado. La parte del león es fruto de los altos precios que se mantuvieron incluso cuando el volumen de mercancías empezó a caer en el cuarto trimestre de 2021.

Los autores del artículo señalan, por último, que muchas empresas manejan la cartera de clientes como una cartera de riesgos. Los precios forman parte de la relación social con minoristas y clientes, y subirlos no suele ser bien recibido; pero una emergencia puede ser una buena excusa para aplicar un aumento. Así actuaron la segunda corporación cárnica del mundo, Tyson, y la compañía de alimentación General Mills, que continuaron subiendo sus precios, incluso cuando el volumen de venta empezó a caer, para poder mantener su margen de beneficio.

LA DINÁMICA DE LOS PRECIOS

Examinada la motivación empresarial, Weber y Wasner dibujan tres etapas. La inicial cuando el choque de precios en sectores de importancia sistémica impulsa el alza. En una segunda fase, el aumento se expande por toda la cadena de suministros, en la medida en que las empresas buscan proteger sus márgenes. La tercera etapa se produce cuando los trabajadores intentan proteger los salarios reales de la inflación.

A juicio de los autores, la clave para detener esta inflación provocada por un shock de oferta está en la reacción de los poderes públicos al impulso inicial.