Raimundo FITERO
DE REOJO

Hundimiento demoscópico

En primer lugar, respirar hondo. Francia ha votado en defensa propia. Los analistas tienen material para las conjeturas durante semanas. Macron tiene un problema, dos o ninguno, depende de cómo se tome los resultados. La quinta República sigue vigente, hay que volver a leerse todo el contenido constitucional y recordar que hubo otros tiempos en los que se tuvo que negociar, pactar, hacer componendas ganarse amigos y enemigos. Aunque hoy las distancias parezcan insalvables, cuando todos se duchen y vuelvan a la realidad dibujada por el pueblo francés en las urnas, veremos en qué punto está todo, cómo encajan los discursos, el pragmatismo, los cálculos electorales, porque lo único seguro es que hasta dentro de un año no se pueden volver a convocar.

Datos. El partido de Marine Le Pen ha crecido y mucho. El conglomerado de Macron ha aguantado. El Nuevo Frente Popular ha obtenido un magnífico resultado. Hay otros partidos fuera de estos tres bloques que pueden ser decisivos en las próximas semanas. Lo que queda claro es que ha habido un hundimiento demoscópico flagrante y espectacular. Las encuestas, una vez más, han fallado de manera estrepitosa. Sin embargo, las realizadas a pie de urna, los sondeos, que se llaman técnicamente israelitas, acertaron, nos hicieron babear desde el minuto siguiente de cerrar las mesas. El escrutinio final confirmó. Lo de las encuestas habrá que colocarlo en su rubro preciso, siempre fuera de la ciencia sociológica.

Puntualidad británica. Elecciones el jueves y el sábado ya hay gobierno y consejo de ministros. Y zurdo.