La capital de Ucrania, Kiev, despertó ayer entre múltiples y sucesivas explosiones, espaciadas por unos pocos minutos, que provocaron destrozos en edificios de oficinas, locales comerciales y un hotel en una de las zonas más céntricas y concurridas de la ciudad.

Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia empleó en el ataque contra Kiev un total de cinco misiles: misiles balísticos Iskander-M y misiles balísticos KN-23 que Corea del Norte suministra al Ejército ruso. Los cinco proyectiles fueron derribados, según el parte de la Fuerza Aérea. Los daños habrían sido causados por los fragmentos de los misiles interceptados. El Ministerio de Defensa ruso argumentó que el bombardeo de ayer fue en «respuesta a las acciones del régimen de Kiev, apoyado por sus patrocinadores occidentales». El parte militar ruso dijo haber alcanzado una comandancia del Servicio de Seguridad de Ucrania y una empresa ucraniana que trabaja en la producción de misiles.

DAÑOS LEVES EN EMBAJADAS

El bombardeo provocó daños en cinco distritos de Kiev. Los cristales de las embajadas de Portugal, Argentina, Albania, Macedonia del Norte, Montenegro y Palestina sufrieron daños menores. «Aumenten el apoyo a Ucrania y presionen a Rusia para lograr una paz justa, antes de que esto se convierta en una realidad para otras ciudad europeas», escribió sobre los desperfectos en las legaciones diplomáticas en la red social X el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sibiga, que compartió con el mensaje una fotografía de la catedral católica de San Nicolás, afectada levemente por el ataque.

También ayer, las autoridades de la región rusa de Kursk, parte de cuyo territorio ocupa Ucrania desde el pasado mes de agosto, informaron de un ataque ucraniano con misiles contra la ciudad de Rilsk, cercana a la frontera ucraniana y con una población de 15.000 habitantes.

Según el canal de Telegram ruso Telegram Shot, cinco personas, entre ellas un niño, murieron en el ataque ucraniano, que provocó 18 heridos.