J.S.

Las muertes en accidente laboral traumático aumentan un 22%

Un total de 43 personas han muerto en Hego Euskal Herria en accidentes laborales traumáticos, 8 más (un 22%) que en 2023, siendo el de los transportistas el colectivo más afectado, con nada menos que 12 fallecidos en la carretera. Otros tantos han muerto por atrapamientos o manejo de máquinas.

Un transportista perdió la vida en un accidente entre dos camiones registrado a la altura de Lodosa el pasado mes de septiembre.
Un transportista perdió la vida en un accidente entre dos camiones registrado a la altura de Lodosa el pasado mes de septiembre. (POLICIA FORAL)

El número de personas que no vuelve del trabajo a casa sigue aumentando año tras año. Si a finales de 2023 informábamos de que 57 personas habían muerto en su puesto de trabajo, tanto en accidentes traumáticos como no, este año la cifra asciende a 63 (un 10% más), si bien el aumento más preocupante se produce en los traumáticos, que pasan de los 35 fallecimientos a los 43, lo que supone un aumento del 22%. El resto de muertes se debieron a causas no traumáticas como infartos o desvanecimientos, así como por accidentes «in itinere».

Por territorios, este año Gipuzkoa y Nafarroa han vuelto a llevarse la peor parte, con un total de 18 fallecidos en cada uno seguidos por Bizkaia (15) y Araba (3). Los restantes se han producido fuera de Euskal Herria.

Por sectores, este año el más afectado ha sido el del transporte de mercancías por carretera, en el que han fallecido nada menos que 14 transportistas, casi el doble que el año pasado, en el que se registraron 8 fallecidos. Aunque en este sector ha habido dos fallecidos por causas no traumáticas, el resto lo han sido por accidentes ocurridos en la carretera. Concretamente, los doce siniestros se han registrado en los puertos de Bilbo y Pasaia, Cadreita, Itsasondo, Arre, Idiazabal, Iruñea, Lodosa, Lizoain, Larrabetzu, Zaragoza y Huesca.

También doce siniestros mortales son los que se han registrado este año por atrapamientos o manejo de máquinas, en accidentes ocurridos en Trapagaran, Urizaharra, Ourense, Olatzagutia, Arrasate, Gasteiz, Bergara, Berango, Amezketa, Funes o Abanto. En Lizarra, otro trabajador falleció por las heridas causadas en la explosión de un depósito en la alcoholera de la localidad.

Por caídas de altura, principalmente en el sector de la construcción, diez personas han perdido la vida este año, en Aribe, Zornotza, Errenteria, Durango, Sestao, Arbizu, Irunberri, Leotz, Loiu y Bilbo.

En el sector primario, cuatro trabajadores han perdido la vida mientras conducían su tractor, en accidentes registrados en Muxika, Amezketa, Zornotza y Arroitz; otros tres cuando trabajaban en el sector forestal, en Artzentales, Iurreta y Ataun; y otros dos morían mientras trabajaban como pescadores, uno de ellos en Cantabria y otro en Senegal, este último calificado como no traumático.

Se da la circunstancia de que, aunque oficialmente solo figuren cuatro trabajadores muertos mientras manejaban su tractor, lo cierto es que este año han muerto otras cuatro personas en las mismas circunstancias, la mayor parte de ellas baserritarras jubilados, por lo que no se contabilizan en las estadísticas oficiales, aunque sí reflejan la peligrosidad de este sector. En concreto, estos accidentes se han producido en Muxika, Leitza, Irun y Aiherra (Nafarroa Beherea), este último especialmente trágico, ya que además del agricultor de 63 años, fallecía un niño de 12 años al volcar el tractor en el que ambos se encontraban.

DENUNCIA SINDICAL

El pasado mes de octubre, cuando la cifra de fallecidos llegó a los 50 trabajadores, la mayoría sindical vasca llevó a cabo una acción de denuncia colocando en distintos puntos pancartas con el lema “La patronal y las instituciones nos enferman y nos matan”, con el objetivo de señalar a Administración y grandes empresas como los responsables de la alta siniestralidad laboral y sus trágicas consecuencias.

En relación al alto número de transportistas fallecidos este año, los sindicatos vascos señalan que «las largas jornadas laborales, las dificultades para descansar, las prisas y presiones que generan las empresas, el sobrepeso de las cargas o las bajas tarifas dificultan el trabajo del transportista, poniendo en peligro su vida y su salud».