El presidente de Rusia, Vladimir Putin, visitó ayer la región fronteriza de Kursk por primera vez desde la expulsión de las tropas ucranianas que ocupaban parte de esta provincia desde agosto de 2024.

Se reunió con el gobernador de la región, Alexandr Jinshtein, y visitó la central atómica Kursk-2, cuyo quinto reactor está en construcción.

Putin reconoció que las Fuerzas Armadas de Ucrania, pese a su expulsión, continúan los intentos de «avanzar hacia la frontera rusa. (...) Está claro contra quién se está combatiendo. (...) Están destruyendo monumentos de la Segunda Guerra Mundial. Está claro. Nos da motivos para decir que son personas con ideología neonazi. ¿Cómo pueden ser definidos si no?», se preguntó y respondió.

El gobernador de Kursk propuso abrir un museo dedicado a los combates, propuesta ceptada por el líder ruso. «Lo haremos, es una buena propuesta», aseguró Putin.

Las fuerzas ucranianas se adentraron en Kursk en agosto y en el apogeo de la sorprendente contraofensiva llegaron a controlar 1.200 kilómetros cuadrados y más de un centenar de localidades.

El jefe del Estado Mayor ruso, el general Valeri Gerasimov, anunció el 26 de abril que la «operación de liberación» de la región de Kursk había concluido con la toma de la localidad de Gornal, aunque reconoce que grupos aislados de tropas ucranianas permanecen en áreas boscosas de la zona.

La anterior visita de Putin a Kursk tuvo lugar en marzo, cuando Rusia ya había recuperado el control de más del 80% del territorio ocupado.

ATAQUE AL EJÉRCITO UCRANIANO

La Guardia Nacional de Ucrania suspendió al comandante de la unidad tras el ataque ruso con un misil Iskander contra un campo de tiro de la región de Sumi, en el noreste de Ucrania y fronteriza con Rusia. Kiev ofreció un balance de seis soldados muertos y más de diez heridos. Rusia reivindicó la «destrucción de 70 soldados, incluidos 20 instructores, así como un depósito de municiones y 10 piezas de equipo».

En marzo, un misil ruso alcanzó un campo de entrenamiento militar en el centro-este de Ucrania, a más de 100 kilómetros de la línea del frente, matando a muchos soldados. En setiembre de 2024, un ataque aéreo ruso contra un instituto militar en Poltava (centro) dejó casi 60 muertos y más de 300 heridos.

Rusia afirmó ayer haber derribado 159 drones ucranianos en varias de sus regiones.

TRUNP CONTEMPORIZA CON RUSIA

El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, descartó la imposición inmediata de sanciones adicionales a Rusia porque podrían afectar a las negociaciones de paz.

Donald Trump «cree que si empieza a amenazar con sanciones, los rusos dejarán de hablar» y que «es valioso convencerles de que se sienten a la mesa de negociaciones», explicó Rubio. Eso sí, advirtió de que se puede optar por imponer nuevas sanciones sobre Rusia si no se ve interés en alcanzar un acuerdo de paz duradero con Ucrania, aunque no especificó plazos para adoptar esa decisión.

A preguntas insistentes de los senadores, aseguró que la Administración de Trump no ha sido indulgente con Rusia y recordó que «no se ha levantado ni una sola sanción».

PUTIN, EGOERA MILITAR DIPLOMATIKOA LAGUN

Errusiako presidenteak Kursk eskualdea bisitatu du Kieven porrota azaleratzeko, nahiz eta onartu duen oraindik soldadu ukrainar guztiek ez dutela alde egin. Hala ere, frontean aurrera doa Armada inbaditzailea eta hainbat soldadu ukrainar hil ditu tiro-eremu baten kontrako erasoan. Frontre diplomatikoan ere gauzak ondo dihoazkio. Trumpen Administrazioak ez du Mosku negoziazio mahaian esertzera behartzeko zigor ekonomiko berririk ezartzeko asmorik. Mendebaldeko Europak egin du, baina orain arte eragin gutxi izan dute.