«Pongamos de lado todos los problemas y las diferencias. Lo más importante ahora es la libertad de nuestro país. Llegamos juntos a este momento en el que nadie debe atreverse a decir lo que hay que dirigir, hacer o llevar puesto. El cine es una sociedad donde nadie tiene derecho a decirnos qué tenemos que hacer y qué no. Esperemos ese día», manifestaba un emocionado Jafar Panahi al recibir la Palma de Oro. Ganador de la Palma a Mejor Guion por “Tres caras” (2018) y condenado en numerosas ocasiones por desafiar desde el cine al Estado iraní, Panahi es el epítome de un cine comprometido socialmente hasta las últimas consecuencias.

El cineasta acaba de cumplir siete meses de prisión política y ha escrito “Un simple accidente” a partir de testimonios de presos con los que compartió celda. El film es un juego de dominó sobre lo absurdo de la venganza contra los torturadores del régimen. El realizador, más comprometido con la visibilidad de la competición, desafiaba así al Estado iraní en la presentación de la película : «Cuando los meten en la cárcel, se lo ponen fácil, les dan materia, idea, les abren un mundo nuevo. No somos nosotros los que hemos hecho “Un simple accidente”, es la propia República Islámica».

La Palma, de hecho, puede leerse como una verdadera peineta política de parte del Jurado Oficial, conformado por perfiles tan dispares como el de la actriz Alba Rochrwacher, la periodista y escritora Leïla Slimani o los cineastas Hong Sangsoo y Carlos Reygadas. Supone un cambio de rumbo tras cinco años de Palmas de espíritu popular. Se trata de la primera Palma de nichocinéfilo desde “Parásitos”, pero “Un simple accidente” ya había unido a la crítica internacional.

Puede que la Palma ya no sea la antesala del Oscar, porque Irán no presentará esta sátira oscura en representación del país, pero “la catedral del cine” -así la llaman- se beneficiará de un gesto de independencia artística.

LOS OTROS COLORES

Explicaba el sueco Jochim Trier que «vivimos en una época de excesos, de saturación de imágenes» y agregaba que «Cannes es el universo de la imagen libre, de las imágenes a las que dedicamos nuestro tiempo. Imágenes que nos hacen empatizar».

Joachim Trier se descubría hace cuatro años cuando “La peor persona del mundo” conseguía el laurel de Mejor Actriz, para Renate Reinsve. Hoy su “Sentimental Value”, honda y dramática, con posibilidad de cautivar al gran público (Neon, la gran promotora de Cannes en EEUU ya ha adquirido sus derechos), se ha consagrado por encima de propuestas más arriesgadas.

“O agente secreto” era la tercera gran premiada de la noche, con Wagner Moura recogiendo el galardón a la Interpretación Masculina y Kleber Mendonça Filho a la Dirección. Suponemos que esta compensación extraña se atribuye a lo variopinto del Jurado, que ha tenido que recurrir a cada uno de los asteriscos y extensiones posibles en la normativa para acomodar un palmarés al gusto de todos. Se ha premiado por encima de sus posibilidades, con un ex-aequo en la categoría secundaria de Premio del Jurado.

URREZKO PALMA, PANAHI IRANDARRARENTZAT

Jafar Panahi irandarraren “Un Simple Accident” filmak lortu du 78. Urrezko Palma. «Gure herrialdearen askatasuna da orain garrantzitsuena», esan zuen hunkituta. Zazpi hilabete preso egon ostean, hainbatetan zigortu dute Panahi Irango Estatuari aurre egiteagatik. Ziegan zeuden presoen testigantzak daude filmaren abiapuntuan. Joachim Trierren “Sentimental Value” filmak jaso du Epaimahaiaren Sari Nagusia; Sari Berezia Bi Ganen “Resurrection”-entzat izan da, eta Gidoi Onenarena, Jean-Pierre eta Luc Dardenneren “Jeumes mères»-entzat.