Ucrania realizó ayer una serie de ataques con drones ocultos en camiones contra la «aviación estratégica» de Rusia y que alcanzaron varios aparatos en aeródromos de cinco regiones del país, entre ellos tres en las regiones de Murmansk e Irkutsk, esta última en Siberia, escenario de un ataque sin precedentes desde el comienzo del conflicto.

El SBU cifró en más de un tercio los portadores de misiles de crucero estratégicos rusos dañados durante esta operación a gran escala llamada “Telaraña”. Horas antes había afirmado haber alcanzado 41 aviones de la aviación estratégica rusa en la retaguardia enemiga durante la operación especial, supervisada por Volodímir Zelenski.

Los ataques al aeródromo de Olenya, Murmansk, aeródromo de Belaya y al centro de aviación de Irkutsk, constituyen, según Kiev, una de las operaciones militares más importantes efectuadas por Ucrania desde el comienzo de la guerra. De hecho, el Gobierno ucraniano aseguró que la planificación de la operación duró más de un año y medio.

Los drones empleados en los ataques, según filtraron fuentes al portal “Glavcom”, llegaron a las inmediaciones de los aeródromos escondidos en camiones de carga.

Este ataque masivo tuvo lugar en vísperas de la reunión prevista en Estambul de las dos partes. Ayer, Zelenski confirmó la participación de una delegación en el encuentro.

El presidente ucraniano celebró la «brillante» operación si bien agregó que «en estos momentos no es posible revelar todos los detalles».

CONFIRMACIÓN RUSA

El gobernador de Irkutsk, Igor Kobzev, confirmó «el primer ataque con drones en Siberia», sin dar más detalles al margen de asegurar que no se tiene constancia de víctimas. También el gobernador de Murmansk, Andrei Chibis, confirmó el ataque ucraniano en su territorio.

El Ministerio de Defensa ruso confirmó los ataques contra los aeródromos mencionados y en otras tres regiones más: Ivanovo, Riazán y Amur. Así, aseguró que «varias aeronaves se han incendiado» en Murmansk e Irkutsk y añadió que repelió los bombardeos en los otros tres escenarios.

Este ataque ucraniano ocurrió después lo que el Ministerio de Defensa de Kiev denunciase como una noche de asaltos rusos sin precedentes. El jefe del Ejército ucraniano dimitó tras estos ataques.

Rusia denunció por su parte dos «ataques terroristas» ocurridos contra dos puentes de Briansk y Kursk, especialmente grave en el primer caso, donde los escombros de la voladura del puente provocaron el descarrilamiento de un tren, con un saldo de siete muertos y más de 60 heridos.