Massafer Yatta, de la fama del Óscar al silencio que permite su destrucción
El mundo miró hacia Massafer Yatta cuando el documental «No Other Land» recibió el Óscar, pero ha cerrado los ojos a la destrucción de esta comunidad de Cisjordania y su sustitución por colonos judíos, ejemplo de la política generalizada en Palestina. Israel aprovecha ese abandono para acelerar la expulsión de los palestinos y de los periodistas que tratan de dar testimonio.

Tres meses después de haber ganado el Óscar por el documental “No Other Land”, el palestino Basel Adra constata que los colonos, respaldados por el Gobierno israelí, actúan aún con más violencia que antes contra su comunidad -Masafer Yatta-, y pide a la comunidad internacional que actúe.
«Saben que la comunidad internacional no está tomando ninguna medida para detener esto, por lo que los colonos continúan con sus ataques, sus demoliciones y asentamientos ilegales», explica Adra, rodeado por más de una decena de periodistas extranjeros a la entrada de Masafer Yatta.
Tanto Adra como el también codirector israelí Yuval Abraham convocaron ayer a la prensa internacional para enseñarles cómo, día tras día y al igual que gran parte de la Cisjordania ocupada, su comunidad está siendo erradicada.
Sin embargo, más de una decena de soldados y policías israelíes, apostados en las vías de acceso a esta localidad, al sur de la ciudad de Hebrón, impidieron a los periodistas llegar hasta ella y presenciar la destrucción causada. «Tenemos una orden que dice que no podéis pasar», señaló a los periodistas un soldado con la cara cubierta con un pasamontañas. «Sí, sois considerados una alteración del orden público», añadió frente a la carretera cortada por más policías armados, coches y un vehículo blindado.
«¿Entonces no puedo llevar a invitados a mi hogar?», preguntó Adra, pese a que para él este tipo de represión militar israelí, a la que se enfrenta desde hace casi tres décadas, es ordinaria. «No detienen a los colonos, pero a vosotros no os dejan documentar lo que está sucediendo», apuntaba Abraham, que lo compara con el veto que el Gobierno de Israel ha impuesto a Gaza, a donde no ha entrado ningún periodista tras 19 meses de ofensiva bélica y el Ejército mata sistemáticamente a los informadores locales.
El Ejército israelí amenazó con tomar acciones legales contra los periodistas si no obedecían sus órdenes. «Mientras se iban, colonos israelíes uniformados (reservistas) detuvieron a dos activistas y comenzaron a acosarlos», denunció el Movimiento Internacional de Solidaridad con Palestina (ISM).
VIOLENCIA Y DERRIBOS DURANTE MESES
Los cerca de 120 residentes de Jalet al-Daba, una de las doce aldeas de la comunidad de Masafer Yatta en cuya lucha por la supervivencia se basa el documental oscarizado, han sufrido una ola de violencia y acoso en los últimos meses a manos de los colonos y bajo la protección del Ejército israelí.
Entre febrero y mayo, demolieron cuatro viviendas, tres cuevas donde también viven vecinos, una tienda de campaña, así como los sistemas de internet, electricidad y agua. El pasado 5 de mayo, tropas israelíes irrumpieron y comenzaron a demoler con excavadoras más casas, pozos de agua y graneros.
Hace apenas dos días, colonos israelíes instauraron las primeras estructuras para asentarse donde aún yacían las ruinas del 85% de la aldea y el domingo, el Ejército declaró este área una «zona militar cerrada» y desalojó por la fuerza a los residentes.
Estas «demoliciones históricas» forman parte de un intento por lograr la «soberanía israelí en las Colinas del Sur de Hebrón», sostuvo Eliram Azulay, jefe del Consejo Regional homónimo que administra las colonias israelíes en esta zona.
Ahora, los colonos controlan gran parte de Jalat al-Daba, donde aterrorizan a sus 120 residentes palestinos. Según Adra, se sientan frente a las aulas para que los niños no vayan a la escuela, roban comida y ropa de las cuevas que siguen sin ocupar y cortan el tendido eléctrico.
Su caso no es excepcional. Todas las aldeas de Masafer Yatta fueron declaradas por el Ejército israelí «zona de tiro 918» en los años 80, haciendo a sus habitantes sujetos de una posible a expulsión.
Tras décadas de litigio, el Tribunal Supremo de Israel aprobó el traslado forzoso de más de 1.000 residentes de estas aldeas en mayo de 2022, mientras seguían floreciendo nuevos inicios de colonias -avanzadillas ilegales también bajo la ley israelí-.
Desde octubre de 2023, más de 60 comunidades palestinas han sido desplazadas a la fuerza en Cisjordania, según datos de la ONG Peace Now, y se han construido al menos 14 de estas nuevas avanzadillas sobre sus ruinas o cerca de ellas.
Las colonias israelíes en Cisjordania ya superan las 140, según Peace Now, pero hay, además, más de 260 avanzadillas incluidas granjas con ganado dirigidas por colonos.
Los últimos 22 asentamientos fueron anunciados hace cuatro días por ministros israelíes que admitieron públicamente el objetivo de «impedir la creación de un Estado palestino».
«La comunidad internacional nos está haciendo daño», dice Abraham al recordar cómo, pese a que países como el Estado francés o Canadá han endurecido estos días su lenguaje, no han tomado ninguna medida para frenar el comercio o sancionar a Israel por sus políticas supremacistas.
«El Óscar ayudó a que la gente en EEUU y Europa entienda mejor qué ocurre y presione a sus Gobiernos para que usen su poder, de una forma positiva, para forzar a Israel a que respete el derecho internacional», añade Adra, que señala que siguen esperando a que esto ocurra mientras se les agota el tiempo.
Más muertos en la ratonera de la «ayuda»
Israel mató ayer a otras 52 personas en Gaza y de nuevo, varias de ellas en la trampa mortal en la que ha convertido el reparto de alimentos promovido por EEUU. El Ejército abrió fuego en el barrio Tel al-Sultan de Rafah, uno de los puntos de reparto donde acuden miles de personas desesperadas, y mató a tres palestinos e hirió a otros 35. Se trata del segundo ataque en 24 horas en este lugar. Desde que puso en marcha este sistema, denunciado como un arma de limpieza étnica, soldados israelíes, drones o mercenarios de EEUU han matado al menos a 52 palestinos.
Entre las víctimas de ayer se encuentran también 15 personas, entre ellos seis niños, en el ataque de cazas israelíes contra la vivienda de la familia Al-Barsh, en Yabalia, y otras cinco en un ataque contra otra vivienda familiar en Ciudad de Gaza, además de muertos en Yabalia, Al-Burir y Al-Dahboud. El Ejército israelí ordenó la evacuación de más zonas de Jan Yunis.GARA

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