Anjel Ordoñez
Periodista
TXOKOTIK

Un sirimiri tenaz, una ola imparable

El sirimiri es una de las expresiones más genuinas de la meteorología vasca. No es la única, resulta evidente, pero se puede afirmar sin miedo a caer en la equivocación que esa suerte de precipitación a la vez suave y pertinaz, esa llovizna persistente, obstinada y empeñada en calar hasta los huesos de quien la desprecia, se dibuja en la historia de Euskal Herria como elemento imprescindible de los paisajes de otoños e inviernos, como telón de fondo de los episodios más relevantes en el devenir de un país profundamente endeudado con los muchos beneficios de la Corriente del Golfo y los suaves vientos del Cantábrico. El sirimiri, como decía, es la representación meteorológica de la constancia y la tenacidad. Del empeño. Acaso sus gotas puedan parecer pequeñas, individualmente insignificantes, pero el efecto colectivo de su persistente firmeza convierten al sirimiri en potente actor atmosférico que comienza refrescando el ambiente y termina por empapar hasta el último rincón de un terreno sediento, que siempre agradece la fertilidad que despierta la lluvia serena.

A lo que iba. El domingo en Durango, paradójicamente bajo un tenue sol de noviembre, asomaron las primeras gotas de un incipiente sirimiri. Cientos de personas estrenaron la iniciativa «Tantaz tanta», que en las próximas semanas irá creciendo de forma exponencial; que de manera serena pero tenaz y meticulosa, irá recogiendo todas las aportaciones y apoyos a los derechos de los presos y exiliados políticos vascos; que transformará ese sirimiri en una gran ola de solidaridad que termine por derribar los diques represivos del Estado español y que mostrará toda su dimensión el próximo 11 de enero en Bilbo.

En este tiempo no exento de incertidumbres y cautelas, de vértigo por la magnitud de las apuestas y en ocasiones de extrema ansiedad por la aparente lentitud de los avances, se hace imprescindible hacer patente la defensa de los derechos esenciales de quienes sufren cárcel o exilio, la reivindicación de su inmediato regreso a Euskal Herria como pieza sin la que nunca se podrá llegar a completar del todo y satisfactoriamente ese complejo puzzle que es el futuro de una Euskal Herria en paz.