La Real logró ante el Elche su sexto triunfo consecutivo en un estadio de Anoeta del que no deja escapar casi puntos e igualó un registro que no se repetía en las últimas 18 temporadas. En 1996, la escuadra guipuzcoana se hizo con las victorias de forma consecutiva en su casa ante Racing, Atlético de Madrid, Sevilla, Celta, Valladolid y Zaragoza, para acabar empatando en el séptimo partido contra el Real Madrid.

Su actual técnico, Jagoba Arrasate, ha conseguido mantener la fortaleza que mostró la Real la pasada campaña con Philippe Montanier y solo el Espanyol y el Atlético de Madrid, en dos ocasiones, han sido capaces de vencer en los dos últimos ejercicios en Donostia. Los excelentes resultados como local se basan en los 30 goles que ha marcado la Real en los últimos siete partidos disputados en Anoeta, seis de liga y otros dos de Copa, con una media de más de cuatro tantos por encuentro.

El nombre propio de la jornada volvió a ser Antoine Griezmann, en la mejor temporada de su historia, sin tocar techo y siendo seguido por varios clubes grandes de Europa, con una efectividad desconocida en los últimos años en Anoeta y como tercer máximo realizador del campeonato.

«Nos ponemos el listón alto»

Apenas le tocó actuar frente al Elche, en lo que fue un trámite «bastante bueno y cómodo», como lo definió Claudio Bravo. El guardameta chileno aseguró que en el partido contra los ilicitanos «nos vimos muy bien» y reconoció que el grupo necesitaba «un partido así, donde fuéramos un conjunto sólido, sin ser sobrepasados por el rival, como nos ocurrió ante el Villarreal o Getafe».

Con una sonrisa, el cancerbero txuri urdin se refirió a la consistencia que el equipo muestra en su estadio, indicando de manera irónica que «estamos mal acostumbrando a la gente, pero es culpa nuestra porque nos estamos poniendo el listón muy alto. La gente empieza a pitar en el minuto 10 si no hemos metido algún gol, pero es la exigencia que queremos, tomamos el reto porque deseamos ser un equipo que lleve la iniciativa en casa y fuera», confirmó.

En ese sentido, apostó por trasladar esta misma predisposición lejos de Anoeta, «con una Real que pase por encima del rival, sin ser temerosos a defender el resultado», y en el que hombres como Griezmann puedan tener la opción de marcar diferencias. «Sabemos de su talento y estamos muy contentos por su increíble temporada. Esperemos que vaya a más porque se le notan las ganas no solo de marcar, también de defender», se refirió a su compañero.

En cuanto a su actuación personal, Bravo admitió que, aunque apenas le tocó intervenir, «son partidos complicados porque te puedes quedar frío y te toca hacer una parada en el minuto 80 o 90».