Los reportajes orquestados por TVE llevan camino de convertirse en todo un subgénero catódico-informativo, una variante bufa de aquella temible y muy efectiva maquinaria propagandística que armó Goebbels durante la Segunda Guerra Mundial. En su afán por dibujar una realidad analizada desde un único y muy evidente punto de vista, los responsables de los servicios informativos parecen empeñados en ganarse en internet lo que no consiguen en el hemisferio catódico y a falta de una subida en las cotas de audiencias, al menos queda el consuelo de acaparar protagonismo en la Red a base de polémicas porque, una vez más, las redes sociales han respondido masivamente al reportaje que el «Telediario» dedicó los denominados «antisistema». Una temática que vino inspirada por los sucesos acontecidos tras la manifestación celebrada el 22-M y las masivas detenciones que se produjeron durante la jornada de huelga estudiantil.

Entre las perlas que incluyó este reportaje destacan rasgos descriptivos como el siguiente: «Se movilizan a través de las redes sociales, cada vez más encriptadas, y les une el odio visceral al capitalismo y la falta de respeto por la convivencia pacífica».

Para dar mayor empaque informativo, la voz en off nos recordaba que «los antisistema actúan en nuestro país desde finales de los ochenta, principios de los noventa. Tienen su feudo principalmente en Barcelona, Madrid, País Vasco, y en menor medida en Galicia y Zaragoza».

Otro de los comentarios ilustrativos que incluye este documental nos descubre las últimas tendencias en moda antisistema: «Su indumentaria les delata: ropa oscura, deportiva, capucha en la cabeza, mochila y objetos contundentes en las manos». Antonio Granados, portavoz del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), es el encargado de subrayar estas afirmaciones y enriquece el reportaje añadiendo que «es para no ser reconocidos; ya sea con pañuelos palestinos, con trencas con capucha, pasamontañas...».