La biblia del cine de autor catastrofista y fantástico

Una película como «Noé» me lleva a añorar los tiempos del peplum y las mastodónticas producciones bíblicas, y eso que la nostalgia no va conmigo. Las películas que superan la barrera de los 130 millones de dólares en su presupuesto las hacen los grandes estudios, por eso no creo en el cine de autor mainstream. Darle un cheque en blanco a Darren Aronofsky o a cualquier otro cineasta de tendencias megalómanas no tiene sentido, porque es como matar la imaginación a cañonazos. Les falta la humildad necesaria para hacer buen cine de género, y tampoco sus ideas valen tanto cuando son expuestas al por mayor.
Tengo la impresión que Aronofsky ha hecho «Noé» para sentirse más cerca de Dios, ya que el personaje bíblico le permite hablar de la creación en mayúsculas. Y si hay que pensar en él como creador, digamos que «Pi» fue el principio y «Noé» es el fin. Esta forma de aplicarse los dogmas de la religión a uno mismo suele tildarse de blasfema por las distintas creencias, así que tampoco sorprende mucho que los fanáticos cristianos e islamistas se hayan escandalizado con tan egocentrista película, que nos cuenta el Génesis a su manera, introduciendo la teoría del Big Bang. Una base científica caprichosamente dispuesta, y que no casa con los elementos fantásticos desplegados por doquier, justificando de paso el empleo de tanto efecto digital. Se supone que esos gigantes de piedra con fuego en su interior a los que llama Vigilantes son ángeles caídos. Se tira de ellos en las escenas bélicas que intentan dotar de trasfondo épico al relato, o en las catastrofistas que sirven de preludio al diluvio universal, y hasta contribuyen a la dimensión onírica de los sueños premonitorios.
Menos mal que no forman parte del culebrón familiar, conducido por un Russell Crowe que interpreta a Noé en clave atemporal, como si fuera eterno. No sólo le preocupa su descendencia, sino también el futuro medioambiental a través de la continuidad de las especies, y de ahí que sea un vegetariano activo.

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