Iñaki Zurimendi no seguirá al frente del Barakaldo. Así lo anunció ayer el entrenador vizcaino junto a Alberto Romero, presidente del club fabril.

Presidente y amigo. No en vano ambos llegaron de la mano al club hace tres años -aunque Zurimendi ya había dirigido a los gualdinegros en una etapa anterior-. Una circunstancia que hace que la decisión sea «más dura. Llevábamos algún tiempo hablándolo y el viernes decidimos anunciarlo hoy. Y llevamos unos días bastante duros porque yo conocí a Iñaki antes de contratarle y, aparte de ser mi entrenador, le considero un amigo, y cuando pasa una cosa de estas es más duro».

Pero todo tiene su fin y en este caso se acaba un ciclo de tres años absolutamente «satisfactorio». No en vano la primera campaña de Zurimendi en el banquillo se saldó con el ascenso a Segunda B, en la segunda, el año pasado, se rondó el play-off hasta la última jornada, y en esta el equipo también se ha movido en la parte alta de la clasificación, aunque se haya descolgado antes de la pelea por la promoción.

Ese hecho de no haber podido superar el listón de la pasada campaña, unido al desgaste propio del cargo, han acabado derivando en la marcha, «de mutuo acuerdo», de Zurimendi. «Ha sido de todo un poco -explica Romero- pero sobre todo el desgaste, tres años en el banquillo queman mucho. Hablando con otros directivos lo comentábamos, hacía muchos años que un técnico no aguantaba tres temporadas y eso es señal inequívoca de que la labor de Iñaki ha sido muy buena. Creo que ha sido un ciclo de notable alto y sobre todo estamos muy agradecidos a su labor y dedicación».

Ahora toca pensar en el futuro. Y sin demora, porque el Barakaldo confía en anunciar el nombre de su propio entrenador en los próximos días «para poder así también empezar a confeccionar la plantilla del próximo año».