Tienen días más ocurrentes y días más sosainas, pero hay que reconocer que «La Razón» es una fuente inagotable de material para esta lupa. Ayer fue uno de esos días en que servidora no pudo dejar de preguntarse en qué pensaban algunas y algunos cuando se matricularon en la Facultad de Periodismo. Si es que realmente lo hicieron. En un alarde de despotismo (poco) ilustrado, el diario de Marhuenda decidió hablar en nombre del pueblo vasco y del catalán sin importarle siquiera, nunca lo ha hecho, lo que pensamos las vascas y catalanas. Así, en la portada dedicaban una enorme foto a la protesta que cinco parlamentarios de EH Bildu protagonizaron en Bilbo ante el Borbón junior, y afirmaban que «Bildu vuelve a avergonzar a los vascos». Claro que sí, una casi no pudo salir a la calle de la vergüenza que sentía... En fin, igual hasta se creen lo que escriben.

Y después de hablar en nombre de la sociedad vasca, tocaba la catalana. En uno de sus comentarios de la sección de opinión, el periódico que más se contradice con su propio nombre aseguraba que «estupor y un profundo malestar ha causado en Cataluña la imagen de Pasqual Maragall en un mitin de Esquerra Republicana». Lo dicho, fijo que las catalanas están que echan humo porque el expresident ha decidido apoyar a su hermano, candidato de ERC a las europeas, y seguro que en el partido republicano están que no les llega la camisa al cuerpo. Vaya sinsorgada. Como decir que «la utilización de la figura de quien fue alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat, ahora enfermo», en un acto político «no tiene pase, es algo vergonzante». ¿Por qué? Maragall está enfermo pero aún es dueño de sus actos y hace lo que quiere. Aunque no le guste a la carcundia.

Pero no era la última baladronada, puesto que respecto al anuncio del presidente de Endesa de que van a pedir la reapertura de Garoña, el carcadiario opinaba que se trata de «una excelente noticia». Para «La Razón», la multinacional eléctrica «acierta plenamente en su decisión al haber desaparecido los motivos económicos que causaron el cierre». ¿Que las vascas y los vascos pensamos justo lo contrario? ¿A quién le importa? ya decide Marhuenda lo que opinamos...