Nairo Quintana (Movistar) se reconoció «muy feliz con estos días de líder. Noto el cariño de los tifosi; noto que me quieren y que se alegran de que sea el líder. Está siendo un Giro hecho para colombianos. Me alegra mucho la victoria de Arredondo, que además lleva la camisa de la montaña, que también nos identifica a los colombianos», afirma en un comunicado del Movistar. Ayer no tuvo problemas para defender la maglia rosa. «Era cosa de controlar bien y el equipo ha trabajado fantástico, me ha dado mucha tranquilidad. Hemos controlado perfectamente las distancias con la fuga para que no se fuesen mucho y después ha sido una subida tranquila, menos dura de los que nos esperábamos, aunque hubo bastantes ataques, sobre todo por parte de Roland. Yo he controlado lo que me correspondía y he dejado a los otros que se preocupasen de lo que les interesaba a ellos». Quintana no da nada por hecho. «El Giro no ha terminado. Quedan etapas muy duras y hasta no cruzar la última raya en Trieste, no estará decidido. Los problemas físicos ya han pasado y creo que mañana -por hoy- puedo hacer una buena crono y defender la maglia sin perder tiempo, que es lo importante. Es una contrarreloj que me agrada», señaló.

Julián Arredondo (Trek) estaba convencido de que ayer podía ser su día y agradeció el consejo de su director Josu Larrazabal, que le pidió que esperara para lanzar su ataque. «Me sentí bien. Pensé que hoy -por ayer- podía ser mi día. Después de tantos momentos difíciles, como hace dos días en el Stelvio, cuando Josu me tuvo que meter en el coche para calentarme, y de seis años lejos de mi hogar, esta etapa me ha retribuido todo ese trabajo. Hoy es el comienzo de grandes cosas para mí, espero», comentó.

El colombiano agradeció expresamente la acertada dirección de Larrazabal: «Yo quería atacar en la base del último puerto pero él me gritó desde el coche: ¡No, no, no! Tranquilo, todavía no. Luego, a falta de cuatro kilómetros, me dijo: Julián, ahora. He ganado esta etapa gracias a este buen consejo».