Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR PRIMERAN

La marea azulgrana celebra el día más feliz del Eibar

Ametsak egi bihurtzen dira», rezaba la camiseta con la que los jugadores del Eibar se sumergieron en una marea formada por miles de soñadores. Toda la ciudad se lanzó a la calle para celebrar la gesta de su equipo.

Eibar está de fiesta. Lo estuvo la semana pasada, lo ha estado esta noche y seguirá así al menos hasta mayo del próximo año, cuando concluya la Liga en Primera. Ni siquiera hay tiempo para la resaca porque el logro histórico de los azulgranas se traduce en doce meses de satisfacciones, de primeras veces, de orgullo, de ilusión.

Todo eso lo celebró ayer la ciudad armera. Sin la emoción de la inmediatez con que se festejó la semana pasada pero con el deseo acumulado desde entonces. Y en las siete últimas décadas. Los eibarreses, y todos los visitantes a los que la ciudad abrió los brazos, disfrutaron como nunca. La marea azulgrana, que desde primeras horas había inundado las calles eibarresas, envolvió a partir de las diez el desfile que, todo luz, música y color, llevó a los héroes del ascenso hasta el Ayuntamiento. En el mismo escenario en el que hace once meses se celebraba el regreso a Segunda, Gaizka Garitano y los jugadores volvieron a darse un baño de masas.

Pese a que no faltaba demasiado para medianoche cuando entrenador, capitán y presidente aparecieron en el balcón de la casa consistorial, nadie se lo quiso perder. Ni los niños, que ya no quieren otra camiseta que no sea la azulgrana, ni sus mayores, los que en aquellas duras gradas de piedra de Ipurua, tampoco dejaron nunca de arropar a su equipo. Ahora celebran un año de fiesta.