Joseba VIVANCO
Entrevue
Júnior
Lateral de Brasil en España'82 y México'86

«El 3-2 ante Italia cuesta comprenderlo incluso hoy»

Leovegildo Lins da Gama Júnior, más conocido como Júnior, formó parte del fabuloso combinado nacional brasileño de la década de 1980 que nos enamoró en España'82. Un lateral diestro difícil de olvidar, que hoy cuenta 60 años.

Usted jugó dos Mundiales, los de 1982 y 1986. Con jugadores como Zico, Sócrates y Falcão, la selección de 1982 era de ensueño. ¿Cómo es que no consiguió ningún título?

El partido clave fue la derrota por 3-2 ante

Italia en la segunda fase. Fue uno de esos episodios que muestran lo imprevisible y fascinante que puede llegar a ser el fútbol, un resultado que nos cuesta comprender incluso a día de hoy. No fuimos eficaces de cara al gol, y eso que dispusimos de ocasiones inmejorables, como el cabezazo de Oscar en el minuto 89. Lo recuerdo

como si fuese ayer. También es cierto que Italia hizo contra nosotros el mejor partido del torneo. Además, cometimos una serie de errores individuales: el mal pase de Cerezo previo al segundo gol de ellos, o yo mismo, que me quedé anclado en la línea de gol y habilité a un rival para que marcase el tercer tanto.

Visto en retrospectiva, emplearon una táctica bastante ingenua. Brasil continuó atacando incondicionalmente incluso con 2-2 en el marcador, a pesar de que un empate le bastaba para pasar de ronda.

Con los conocimientos tácticos actuales,

habríamos jugado igualmente al ataque, pero supongo que no haríamos marcajes al hombre a los italianos en su campo.

La mala suerte pareció acompañarle en sus

dos Mundiales, ya que en 1986 cayó eliminado en cuartos de final ante Francia en la tanda de penaltis...

Sin duda, la mala suerte fue la principal

causante de aquella derrota. Jugamos bien y tuvimos muy buenas ocasiones de gol, pero volvió a faltarnos el acierto necesario. De hecho, Zico falló un penalti en el minuto 75.

¿Qué diferenciaba a su generación de las campeonas del mundo en 1994 y 2002?

La calidad individual en momentos claves de los partidos. En 1994 contamos con Romario y Bebeto, que se superaron a sí mismos y catapultaron a Brasil hasta la final a base de goles. En 2002, Rivaldo y sobre todo Ronaldo -con dos dianas en la final- asumieron ese papel. FIFA.COM