Las doce traineras que componen la Liga ARC-1 dan comienzo hoy a la competición en aguas de Zumaia (12.00, ETB1). Sin claros dominadores, como ha ocurrido en muchas de las últimas ediciones, la categoría de plata del banco fijo en Euskal Herria arranca con previsiones de gran igualdad y emoción en la pelea por hacerse con los dos primeros puestos que darán acceso al play-off de ascenso del próximo mes de setiembre.

Zumaia y Castro, descendidas el año pasado de la Liga San Miguel, así como San Pedro B, que logró el ascenso de la ARC-2, se unen a las otras nueve traineras que repiten presencia en la competición: Isuntza, Santurtzi, Getaria, Trintxerpe, Ondarroa, Donostiarra, Santoña, Elantxobe y Orio B. Desaparecen Zierbena, que logró subir a la ACT, así como Zarautz y Camargo, que bajaron a la tercera categoría.

A la hora de manejar los nombres de los favoritos para ocupar los puestos cabeceros de la tabla a lo largo del verano, es inevitable fijarse en los equipos que llegan de la categoría superior, aunque en esta ocasión nada tienen que ver entre sí. Mientras que Zumaia sí se puede considerar uno de los cocos, pese a los numerosos cambios sufridos este invierno -Patxi Francés sustituye a Santi Zabaleta al frente de una plantilla joven que necesitará tiempo para asentarse del todo-, la «Marinera» de Castro bastante hará si consigue mantener la categoría tras el carrusel de problemas institucionales que ha atravesado el club cántabro.

Repasando los resultados de la pretemporada, Isuntza y Getaria son los llamados a poner en entredicho el dominio de la «Telmo Deun» zumaiarra. La «Lekittarra», segunda el año pasado solo por detrás de Zierbena, disputó el play-off de ascenso ofreciendo un magnífico nivel y la regularidad que consiguen los vizcainos año tras año es una garantía de que este verano también estarán en la pomada. Getaria, por su parte, también mantiene el bloque tan bien dirigido por el oriotarra Gorka Etxeberria, que ha dado un gran rendimiento en los últimos test de este mes.

Echando un vistazo prueba por prueba, nos daremos cuenta de que los getariarras fueron la mejor embarcación de la ARC-1 en la cita de Mutriku el 31 de mayo, aventajando en algo menos de tres segundos a Isuntza y en 16 a Zumaia. El 7 de junio, en Lekeitio, el mejor tiempo lo marcó la «Lekittarra», con Zumaia a menos de tres segundos y Getaria a casi medio minuto. La semana pasada, en Ondarroa, la igualdad fue todavía mayor, con las tres embarcaciones entrando en menos de dos segundos: el mejor registro fue para la «Telmo Deun» (22:14.83), con Getaria a 1,07 segundos e Isuntza a 1,99. Mayor emoción imposible para hoy, por lo tanto.

Por detrás de esas tres, comienzan las incógnitas. Probablemente la más grande sea la de Santurtzi, tercera clasificada el año pasado que se quedó fuera del play-off por muy poco. Con el ex de Kaiku Javi Pérez al frente, parece evidente que la «Sotera» ha perdido potencial para esta temporada, tal y como han confirmado sus pobres resultados en los tests previos, en los que han sido superados incluso por traineras de la ARC-2. No obstante, sus rivales desconfían de lo visto hasta ahora y se niegan a descartarles antes de tiempo. Algo sabrán.

Mientras tanto, y a la espera de ver si están en lo cierto, son otras embarcaciones las llamadas a dar un salto cualitativo para intentar colarse en la tanda de honor. Podría ser el caso de la Donostiarra, que el año pasado comenzó un nuevo proyecto a las órdenes de Xabier Zabala y cuyos jóvenes remeros deberían dar muestra de su progreso. También el de Ondarroa, que sin hacer mucho ruido ha logrado resultados bastante dignos en las últimas pruebas de junio. O, por qué no, el de Santoña, un clásico en la categoría que ha mostrado muy buenas maneras en las regatas preparatorias de Cantabria, manteniendo el tipo ante Astillero y Pedreña.

A la lista también se le podrían unir Elantxobe, con su ilusión habitual, o Trintxerpe, con Josetxo Arrizabalaga al frente de una plantilla renovada, mientras las traineras B de Orio y San Pedro B seguirán curtiendo a sus chavales sin descuidar nunca su afán competitivo.