Joseba VIVANCO
Hoy hace 64 años del gol del delantero rojiblanco en Maracaná

Telmo Zarra y la Pérfida Albión

«Os envío mi felicitación por vuestro coraje en defensa de nuestros colores», les telegrafió Franco.

«Nuestro afectuoso recuerdo al fútbol inglés, que falleció en Río de Janeiro el 2 de julio de 1950. Un numeroso círculo de amigos lamenta su dolorosa pérdida. R.I.P. Nota: El cadáver será incinerado y sus cenizas trasladadas a España», publicó una esquela el ``Daily Herald''. «Al terminar la retrasmisión con que seguí el emocionante encuentro y brillantísimo triunfo, os envío mi entusiasta felicitación por vuestra técnica y coraje en defensa de nuestros colores. ¡Arriba España!», rezaba el telegrama que el dictador Francisco Franco envió a Brasil. Poco antes, el locutor Matías Prats acercaba el micrófono al presidente de la Federación Española de Fútbol, Muñoz Calero, y le preguntaba, «¿Algún recado para el Caudillo?». Y el exaltado dirigente respondía con una frase que pasaría a la historia: «Claro que sí: ¡Excelencia, hemos vencido a la Pérfida Albión y le dedicamos gustosos la victoria!». Una salida de tono nada diplomática que le costó el cargo tras las protestas de la Embajada inglesa.

Era el 2 de julio de 1950, Mundial de Brasil, y un gol del rojiblanco Telmo Zarraonandia no solo derrotaba a los ingleses en Maracaná, sino que pasaba a la historia del balompié patrio.

Inglaterra venía de haber perdido con EEUU, con lo que tampoco era la temible `Armada invencible' que se pintaba. Al descanso de aquel choque el marcador reflejaba un empate a cero. Reanudación y carrera por banda de Gabriel Alonso, centro pasado al área para que Piru Gainza devuelva de cabeza a su compañero del Athletic Zarra y este salva la salida del meta Williams. La prensa inglesa calificó al ariete como el «gigante del partido, por la forma en que conducía la ofensiva».

El hijo del ferroviario de Asua quedó de manera inevitable ligado ya a aquella fecha. «¿El gol de Maracaná? Es como la vida: lo más importante no siempre es lo de más mérito. Además ya no sé si lo metí yo o fue Matías Prats. Me parece que lo marcamos entre los dos», decía el bueno de Telmo. «Solo tuve que empujar y 1-0. Pero como yo digo, todos los goles son fáciles después de marcarlos». Aquel se lo hizo a un tal Bert Williams, el mismo que acudió a su despedida en San Mamés en 1997.