Cornada a un ribero, vapuleo a un debatarra y multazo a un inglés

l primer encierro de 2014 pareció tranquilo, pero solo lo pareció. No faltan titulares, ni por lo que hicieron los morlacos ni por lo que pasó fuera, antes, durante y después. Y es que hubo noticia ya desde el encierrillo de la noche del 6, corrido tras una tormenta imponente de cerca de una hora; uno de los Torrestrellas se estropeó una pata y fue baja para la mañana de ayer.
Además, tanta expectación como los toros suscitaban esta vez los municipales y forales. Se estrenaba ordenanza sancionadora y se quiso aplicar a rajatabla desde el primer día. El pagano fue un inglés que pasó la raya que, al inicio de Santo Domingo, marca el tope que los corredores no pueden superar.
A G.C., de 58 años, al parecer un habitual en los encierros pero que no conocía la novedad, se le extendió una receta de 200 euros. No obstante, la secuencia dejó una duda importante: la ordenanza recaudará, pero ¿qué mejora conlleva para la seguridad? ¿Qué ocurriría si ese hombre, por ejemplo, hubiera seguido corriendo hasta los mismos corrales? ¿No era el anterior cordón de la Policía Municipal un impedimento más efectivo?
Puntazo en Santo Domingo
Precisamente algo más arriba de la raya de marras se produjo la primera cornada sanferminera. Fue un metesaca fulminante de un Torrestrella que derrotó por la derecha.
La víctima, un corredor de Cascante de 52 años con las iniciales M.J.B. La cornada es corta, apenas seis centímetros, y afecta solo al muslo, por lo que su estado se califica de «menos grave».
Peor están dos corredores golpeados por los bureles en los sucesivos empellones producidos en el recorrido. Y especialmente Aitor González, 34 años, vecino de Deba.
Aitor González, «grave»
Se trata de un corredor habitual y experimentado, socio de Irrintzi. Está ingresado en estado «grave», por contusión torácica con hemoneumotorax izquierdo y múltiples fracturas costales sufridas en el tramo de Estafeta. Paliza seria, posiblemente debida a una de las caídas de los cinco Torrestrella.
También está en el hospital, igualmente «grave», V.O.M., de 55 años y vecino de la localidad valenciana de Vinalesa. Se debe a una fractura de la meseta tibial izquierda y del peroné derecho, sufridas en Mercaderes.
Al Complejo Hospitalario fueron llevados además L.G.B., de 31 años y vecino de Donostia, con un traumatismo leve, y A.G.N., vecino de Valdemoro (Madrid), a causa de una fractura vertebral. Ambos fueron dados de alta durante el día.
Bastante trabajo para las asistencias teniendo en cuenta que la carrera pareció limpia, quitando el derrote de Santo Domingo y un par de tumultos al inicio de Estafeta y entrando al callejón. Se solventó todo en 145 segundos, que fue lo que costó a los toros llegar a los corrales de una Plaza que esta vez no se llenó (este año toca pagar en todo el coso, otra de las novedades). El termómetro tampoco ayudaba: 13 grados tras una noche bien fresca.

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