TITÍN III - CECILIO 12

ALTUNA - REZUSTA 22

Aunque apenas lleve media docena de partidos como profesional, el amezketarra Jokin Altuna demostró ayer en Zarautz que es uno de los más firmes candidatos a cubrir ese hueco que, irremediablemente, Titín III deje allá por el mes de octubre, cuando ponga punto final a su fructífera carrera. Acompañado por otro neoprofesional como Beñat Rezusta, la pareja guipuzcoana casi dobló al caracolero y a Cecilio, en un partido que tuvieron bajo control en todo momento.

Pero al margen de la victoria y de su contundencia, llamó la atención la forma en la que el delantero amezketarra se llevó su duelo ante Titín III, al que ha ganado los dos partidos en los que se han enfrentado, el primero el día de su debut. Y es que, mientras la consigna a cualquier pelotari, joven o curtido, que se enfrenta al de Tricio, suele ser siempre la de tratar de evitar ese juego en corto en el que tan cómodo se desenvuelve, fue precisamente ahí donde Altuna III puso en evidencia que el paso de los años hace mella en todos, incluso en Titín.

Cómodo Rezusta

Ni siquiera necesitó que un Rezusta en un momento dulce de juego dominara a un Cecilio que volvía tras unas semanas de baja por mal de manos para dinamitar el partido prácticamente solo, con un 5-1 de inicio.

Jugando valiente y decidido, el delantero guipuzcoano, de apenas 18 años, atrapó a su rival en la misma trampa en la que tantas y tantas veces Titín ha atrapado a sus contrarios por toda la geografía pelotazale.

Por su puesto que tiene margen de mejora, como elegir mejor las pelotas en las que debe entrar de aire, o no adornarse en todos los remates que ejecuta, pero el pelotari de Amezketa demostró un gran repertorio de remates y, ante la cada vez mayor presencia de pegadores entre los pelotaris más jóvenes, reivindicó el sitio de los «artistas», sin renunciar a golpear atrás cuando percibió que Cecilio estaba mal colocado.

Demostró además una muy buena lectura del partido, cuando cedió protagonismo a su zaguero, sabedor de que los partidos en profesionales suelen ser de mucha mayor exigencia que los que ha venido disputando en aficionados. Los riojanos tuvieron su momento, cuando lograron acercarse 9-14, momento en el que Rezusta también colaboró en que la joven pareja guipuzcoana, que parecía partir con el papel de víctima, reivindicara el potencial de las nuevas generaciones de pelotaris.