Olympiacos 0 Athletic 0

A fines del siglo IV a.C. el filósofo Demetrio de Fáleros, discípulo de Aristóteles, recogió las sentencias atribuidas a los Siete sabios de Grecia, una de ellas, apadrinada por Pítaco de Mitilene, y que sentenciaba de manera inteligente que «lo que pienses hacer no lo digas pues si no tienes éxito se reirán de ti». A una semana vista del trascendental choque de ida ante el Nápoles, este Athletic de pretemporada sigue sin decirnos lo que piensa, aunque es verdad que evoluciona de manera favorable, con lo que más allá del forofismo del aficionado de a pie, habrá que aferrarse a que la eliminatoria está al 50%, que probablemente es bastante teniendo en cuenta no solo la entidad del rival sino el punto de rodaje del equipo rojiblanco, evidentemente no el óptimo.

Empate a cero ante el campeonísimo griego, en un anodino choque, bastante igualado en el juego, y seguramente marcado también por los 30º de temperatura y la alta humedad, que obligó a detener el partido en cada parte para que ambos conjuntos pudieran hidratarse. Un ensayo general para los del agasajado Ernesto Valverde que tuvo dos tiempos bien diferenciados, uno primero con el teórico equipo más próximo a la titularidad, aunque con Unai López por Beñat e Ibai por Susaeta en el once, y un segundo marcado por el carrusel de cambios y que se asemejó más a un amistoso libre de corsés, más vistoso para el público pero menos realista con lo que espera en San Paolo.

El viaje a Grecia nos dejó un Athletic al que evidentemente le falta el necesario ritmo liguero, pero seguramente lo mismo que al Nápoles de Rafa Benítez. Un Athletic que no esconde su juego, el que ya conocíamos de la temporada pasada, sustentando en esa presión alta al rival. El tándem Iraola-Ibai, ayudados por Unai López, funcionó, no así el carril Balenziaga-Muniain, mucho más discretos en esa primera mitad de la que más conclusiones se pueden extraer. Un Athletic también serio al que un Olympiacos muy exigente le hizo correr y exprimió más que el Borussia Mönchengladbach, pero ante el que supo igualmente manejarse, mantenerse fiel a su juego y llevar la iniciativa, que no es poco jugando lejos de casa.

El Athletic pareció no querer dejarse sorprender por los griegos, seguramente ensayando su respuesta a las peligrosas contras del Nápoles. Dos remates de los atenienses y un centro cruzado por el área chica de Iraizoz fue el limitado bagaje ofensivo que permitió el Athletic, que llevó la manija de esa primera mitad y firmó un par de disparos de Rico y Unai, además de un `sotamano' de Ibai desde fuera del área con todo a favor y que ni vio puerta, cuando si algo tiene el de Santutxu es un guante en su pie; en la segunda parte, volvió a tener otra similar y la mandó fuera del arco.

El carrusel de cambios tras el descanso desvirtuó un tanto el ensayo, abrió el partido por ambas partes, lo convirtió en algo alocado, con ocasiones repartidas en ambas áreas, continuas llegadas, y un juego más vistoso que permitió lucirse a hombres como Beñat o el chaval Aketxe.

El Nápoles de Benítez no es ni el Gladbach ni el Olympiacos, pero el Athletic ha dejado algunas pinceladas. Falta menos de una semana. La respuesta del equipo en San Paolo... ni los Siete sabios de Grecia la saben.