Eñaut Barandiaran
baloibatenatzetik.wordpress.com
RUGIDOS ROJIBLANCOS

Locos por la música

Hace ya varios años que los inicios de temporada nos pillan en pleno mes de agosto, a algunos a medio despegar de la tumbona playera o la silla del chiringuito, a otros haciéndose un `Aupa Etxebeste' para no reconocer que, pese a las múltiples hipotecas, el pádel, los polos de Ralph Lauren y la traición a su origen humilde, más que clase media, eran simple y llanamente una cuadrilla de gilipollas, y no faltan quienes ni antes se iban, ni ahora se van ni probablemente en un futuro se vayan, y observan admirados desde las ventanas de sus casas cómo el verano se convierte en otoño, invierno o primavera cada cinco minutos, mientras de fondo algún bastardo recalcitrante grita, sobre lo que sea, pero grita, en la televisión. A los partidos infumables de domingo a la noche nos vamos acostumbrando a golpe de horario de LFP, pero suelen ser partidos casi intrascendentes, algo parecido a un rito iniciático que anuncia el final del verano y la vuelta a la rutina, partidos de pretemporada con el huevo Kinder de los tres puntos dentro.

A lo que no estábamos acostumbrados, o no por lo menos la afición del Athletic, era a que el equipo se jugara el trabajo de todo un año apenas iniciadas las hostilidades. Desde que el sorteo nos deparó a un equipo italiano, y entrenado por Benítez, todos adivinamos más dificultades de las previstas y esperadas para entrar en el ansiado bombo de esa competición que según su propio himno parece que va a ganar todos los años el Barçaaaaaaa, el Barçaaaaa (es lo que tienen las letras grandilocuentes, muchas veces no se entiende nada), pero lo que no esperábamos era que los propios jugadores rojiblancos nos provocaran más sudores fríos que los Callejón, Higuaín, Mertens, etc. Pese a tener el partido controlado, los nervios iniciales y un último cuarto de hora al borde del naufragio pudieron tirar por la borda el trabajo gris pero efectivo de los leones. El carrusel de pérdidas y errores infantiles de algunos jugadores, especialmente groseros en el caso de Iturraspe, que tuvo su noche menos lucida, nos retrotrajeron a episodios negros como las dos últimas finales de infausto recuerdo. Pero mientras allí desertó hasta el apuntador, el martes el Athletic tuvo, al menos, cuatro jugadores sobresalientes: Iraizoz, Laporte, De Marcos y Muniain. Eso, sumado a que el Nápoles de finales de agosto es un equipo de entre guerras, hace que el Athletic cumpliera con dos objetivos: marcar fuera de casa, y no perder. Lo de ganar lo dejamos para San Mamés, que se ha quedado sin vacaciones para estar listo para el partido de vuelta. Queremos escuchar el Barçaaaaaaaaaaa, el Barçaaaaaaaa, o lo que sea que diga esa letra imposible. Al fin y al cabo, la letra nos da igual: lo que nos gusta es la música.