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Udate

«Lucy» on my mind

Según el informe The celluloid ceiling del 2013, que aporta datos significativos sobre el empleo de las mujeres en el mundo del cine, de las 250 películas más relevantes realizadas en Estados Unidos, únicamente en el 10% de las obras las mujeres ocupaban el papel protagonista (solo un 6% de las películas habían sido dirigidas por mujeres). Algo que no sucede en el cine de Lars von Trier (risas enlatadas) o, en el cine del que viene al caso, en el de Luc Besson. Observen: Isabelle Adjani en «Subway» (1985), Anne Parillaud en «Nikita, dura de matar» (1990), Milla Jovovich en «Juana de Arco» (1999), Rie Rasmussen en «Angel-A» (2005), Louise Bourgoin en «Adèle» y el misterio de la momia» (2010), Michelle Yeoh en «The Lady» (2011) Michelle Pfeifer en «Malavita» (2013) y, por último, Scarlett Johansson en «Lucy» (2014). Luc Besson tiene tendencia a otorgar su «loco protagonismo» a las chicas en sus películas, armándolas de valor, dibujándolas guerreras e inteligentes. Personalmente, como espectadora, me arrastra hasta el cine por esa razón y porque me gusta el cine de acción del realizador francés. Con sus carencias y con su imperfecta idea del feminismo (si es que podemos hablar de feminismo), Luc Besson consigue con «Lucy» mantenernos entregados a su relato, pegaditas a la historia, pensando lo que nos cuenta mientras lo hace de un modo vertiginoso. Acción de la buena, con coches que se chocan, golpes ingeniosos o gamberros y una preciosa banda sonora creada por Eric Serra hicieron que saliera del cine pensando que había merecido la pena.