OSASUNA-BETIS

Corren tiempos revueltos para Osasuna. En lo institucional, no hay duda, con un destino todavía incierto, pero también en lo deportivo, base en la que, a fin de cuentas, se fundamenta el futuro de la institución.

Hay tiempo todavía, en una temporada tan larga como la de Segunda, para reconducir la situación, más aún si la temporada transcurre tan igualada como la anterior en la categoría. Pero las grandes remontadas no son fáciles ni habituales y los equipos apuran por apuntalar posiciones cuanto antes. O por despejar dudas, en el caso de los que se asoman a las posiciones de peligro. Es lo que ocurre con el equipo de Jan Urban, que este mediodía saltará al césped con un solo punto de ventaja sobre el descenso, tras haber enlazado una racha en la que solo ha sido capaz de celebrar la victoria en uno de los cinco últimos partidos. Los rojillos necesitan alegrías, y además de forma continuada, para situarse en una zona más cómoda y, además de dudas, quitarse presión.

El Betis, aunque ambos equipos están separados prácticamente por media tabla, llega a Iruñea en una situación de necesidad parecida. La exigencia es alta para los equipos recién descendidos y la victoria de la semana pasada, que acababa con un bache de tres jornada y situaba a los verdiblancos en zona de promoción, no ha bastado para calmar a su exigente entorno. Si Osasuna quiere un punto de inflexión, el Betis espera que lo fuera su triunfo ante el Recreativo y quiere continuidad.

Bajas y regresos

Jan Urban afronta el choque con las ausencias -junto a las de los lesionados de larga duración Oier Sanjurjo y Jordan Lotiés- de Cedrick, al no acceder los rojillos a pagar la cláusula contemplada en su contrato de cesión con el Betis, y Mikel Merino, que sufre problemas estomacales. El entrenador polaco ha decidido, además, esperar al menos una semana con Vujadinovic, que en su presentación aseguraba llegar en buena forma tras haber estado trabajando con el Partizan, pero que, al margen de la valoración de Urban al respecto, ni siquiera conoce al equipo y al propio entrenador. A cambio, recupera a Nekounam y Javier Flaño. El navarro partirá en el banquillo pero el iraní podría regresar directamente al once inicial, en el que también estaría su compatriota Ansarifard.

Julio Velázquez, por su parte, podrá contar finalmente con Dani Ceballos, Vincenzo Renella y Javier Matilla, que habían arrastrado diferentes dolencias a lo largo de la semana, con lo que el Betis podría repetir en el verde del Sadar el mismo once que le permitió reencontrarse con el triunfo ante el Recreativo.

Un equipo que, variaciones al margen, «tiene un gran potencial», en opinión de Urban, aunque «a sus jugadores les está ocurriendo un poco lo mismo que a los nuestros. No es fácil cambiar de la noche a la mañana y todavía no están conjuntados del todo».

Pero al polaco le importa lo suyo, en la clasificación y en el juego. Respecto a la necesidad de puntos, asume que «estamos en una situación bastante delicada. Nos vendrían muy bien los tres puntos para buscar una solución a la clasificación. Sería importante ganar dos partidos y ganar tres sería la leche». En lo que respecta a los déficits que arrastra su equipo, Urban explicó que «estamos insistiendo en mejorar en agresividad, en los marcajes, en jugar el balón más rápido... Son cosas que hemos hecho y con las que hemos jugado bien al fútbol. Lo hemos perdido un poco -admitió- y tenemos que recuperarlo porque hemos demostrado que podemos. Hay mejora y la queremos ver en el número de puntos», subrayó el técnico.