El Eibar sufre en el césped para no hacerlo en la tabla
Un gol de Manu del Moral reencontró con la victoria a los azulgranas, que mantienen las distancias sobre el descenso. El Eibar dejó su portería a cero por primera vez en siete jornadas.

CELTA 0
EIBAR 1
Lo lleva advirtiendo Gaizka Garitano desde que arrancó la temporada. La familia azulgrana tiene por delante un año para disfrutar pero debe ser consciente de que le tocará sufrir, y mucho, en el intento de prolongar su presencia en la elite.
Nadie se atreve a llevarle la contraria pero pocos se lo acaban de creer. Quizá porque la dinámica de las dos últimas campañas ha anulado cualquier traza de pesimismo, o incluso de realismo; o bien porque después de ascender a Primera cualquier objetivo parece factible para este equipo. O porque desde que se estrenaron en la máxima categoría, los armeros, que no han bajado de la zona tibia de la clasificación, apenas sí han dejado adivinar la inferioridad que se les presupone. Motivos al margen, no son pocos los que confían en que el Eibar salvará la categoría con los apuros justos. Alguno menos en los días previos de llegar a Balaídos, después de que los azulgranas enlazaran dos derrotas, que reducían considerablemente su colchón respecto al descenso, con un calendario complicado hasta final de año. El mensaje de Garitano sobre el sufrimiento no es encontraba ya un auditorio tan incrédulo. Hasta que su equipo pasó por Vigo.
Buenas costumbres
Y es que los futbolistas azulgranas son los primeros que se tapan los oídos. Sufren sobre el terreno de juego, y vaya si lo hicieron ayer, pero no se resignan a hacerlo en la clasificación. Y así, apretando los dientes, sin dejarse llevar por el pánico, que algún motivo dio el Celta, explotando sus virtudes y con una pizquita de suerte, el Eibar se reencontró con el triunfo, prolongando dos de sus mejores costumbres, ganar en Balaídos -cuatro triunfos en sus cuatro últimas visitas al estadio gallego- y no encadenar más de dos derrotas, algo que no sucede desde hace seis años.
Pero que podía haber sucedido perfectamente ayer porque, exceptuando un mínimo tramo del primer tiempo, que los eibarreses aprovecharon para marcar su gol, el partido perteneció por completo al Celta. Juego, iniciativa, posesión y llegadas al área estuvieron en manos del conjunto celeste de forma casi ininterrumpida. Pero el Eibar tuvo el acierto que les faltó a los gallegos. Y tambén tuvo a Xabi, que salvó varios balones con marchamo de gol, los primeros con el marcador todavía a cero.
Los dos equipos saltaron al campo con objetivos claramente contrapuestos. Los armeros a evitar esos disgustos tempraneros que tan caros le vienen costando. El equipo local, a comerse a su rival, tras haber saldado sus dos últimos partidos con un mínimo bagaje de un punto, que enfría sus aspiraciones europeas. Fueron los de Berizzo los que se salieron con la suya, encerrando a un Eibar que pareció condenado no ya a la derrota, sino incluso a la goleada, durante los primeros compases del coque. El centro del campo celtiña anuló por completo a su oponente, lo que multiplicó el trabajo de los defensores armeros. Orellana, Larrivey y Nolito entraban en el área como les daba la gana. Y no eran los únicos. Con más o menos acierto, que de todo hubo, la zaga eibarresa se quitaba el peligro como podía; y cuando no podía, estaba Xabi para ofrecer su mejor versión. Al otro lado del campo, Sergio parecía vivir no a un hectómetro de distancia, sino en otro país. En la primera media hora, el Eibar prácticamente no había dado señales de vida en el aspecto ofensivo.
Pero cuando las dio, acertó de pleno. En dos jugadas consecutivas y casi con idénticos protagonistas, sentenció el partido. A la primera se adelantó Sergio pero a la segunda no tuvo nada que hacer con la exquisita asistencia de Mikel Arruabarrena y el remate de Manu Del Moral, que se estrenaba como goleador con la camiseta azulgrana con un tanto que vale tres puntos. El gol desconcertó a los gallegos y el equipo de Garitano lo aprovechó, si no para buscar la puntilla, sí al menos para templar un tanto el ritmo y respirar sin el acoso continuo de su anfitrión.
Acoso y derribo
Lástima que no sucediera lo mismo en la prolongación. Porque todo ese sufrimiento que puede evitarse el Eibar con los tres puntos de Balaídos lo concentró anoche sobre el césped vigués. El cambio, sorprendente -al menos si no tercia lesión-, de Abraham, que sustituyó a Saúl a dos minutos del descanso, no surtió demasiado efecto y el Celta siguió buscando la portería de Xabi cómo y cuando quiso. O sea, durante los 45 minutos y sin casi interrupción -13 saques de esquina botó en la segunda parte-.
Afortunadamente, Xabi volvió a mostrarse soberbio, incluso hubo alguna posibilidad de sentencia y hasta hubo un mínimo momento en el que pareció que los gallegos caían en la tentación de la rendición. Solo lo pareció. En los últimos minutos incluso redoblaron sus esfuerzos para despedir el partido con 21 jugadores metidos en el área azulgrana y con la cruceta acudiendo también al auxilio del Eibar en tiempo de descuento. La agonía mereció la pena.
El Eibar corta su mala racha y evita romper una buena estadística. Nunca con Gaizka Garitano ha encajado tres derrotas consecutivas, cuya peor racha al frente del Eibar ha sido de cinco jornadas sin victoria . En realidad, hay que remontarse seis años para recordar la última vez que los armeros encadenaron más de dos derrotas. Bastantes más. Fueron cinco en la campaña 08/09, cuando el Eibar descendió y llegó a enlazar 16 jornadas sin conocer la victoria.

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza
