Ariane KAMIO DURANGO
49. Durangoko Azoka 2014

El modelo participativo hace que Durango mantenga su atractivo

Podemos tener algo de futuro con el tarot. El pasado viernes intentábamos hacer una aproximación, marcar algunos trazos de lo que podría ser la Azoka de este año. Y tampoco nos ha ido tan mal. La gente ha cumplido, las ventas se han mantenido y entre los más vendidos sellan sus nombres Gatibu, Berri Txarrak y Toti Martínez de Lezea.

Lo que se ha vivido en Durango en los últimos cuatro días ha sido casi casi el diluvio universal. En su forma literal, porque la lluvia no ha dado apenas ninguna tregua; y en su forma literaria, porque el goteo de presentaciones y conciertos en directo ha sido constante en Ahotsenea y en otros espacios abiertos a la Azoka.

Un año más, y ya a punto de cumplir medio siglo de vida, Durango ha vuelto a convertirse en un hervidero de personas. Visitantes, creadores, discográficas, editoriales, agentes... todo lo relacionado con la cultura vasca se ha dejado ver por Landako y, en consecuencia, también por Plateruena, parada obligatoria en las horas de peregrinación a la Azoka.

Este año, además, la cita ha mostrado de forma abierta su lado más pensativo, a través del espacio abierto en Gogoetaren Plaza. La lengua, la financiación económica y la transmisión de la cultura han sido los ejes de estos encuentros que han captado la atención de numerosos interesados. Y no ha sido para menos; por allí han pasado nombres como Fermin Muguruza, Bernardo Atxaga, Anari Alberdi, Gorka Urbizu, Niko Etxart o Maialen Lujanbio.

Gerediaga y otros agentes culturales fueron los encargados ayer de realizar la valoración oficial. Media hora antes de arrancar la última jornada de la Azoka, la organización citó a los medios de comunicación para compartir su reflexión en un ambiente más sosegado.

No se ofrecieron cifras relevantes, ni la valoración en sí fue demasiado eufórico, aunque sirvió para poder obtener una pequeña radiografía de lo que hasta el momento había sido la Azoka. Según la presidenta de Gerediaga, Nerea Mujika, el número de visitantes contabilizados hasta el domingo superaba ya los 120.000, por lo que parece que las cifras en cuanto a visitantes se mantienen durante este año. No todo el mundo es de la misma opinión, y cree que Durango ha descendido en visitantes durante estos días. La responsable, al dar estas cifras, matizó que el pasado viernes, jornada dedicada especialmente a los escolares, el número de estudiantes que se acercó hasta Landako se duplicó en comparación con el año anterior.

En cuanto a ventas, Mujika no ofreció ningún dato en concreto, aunque también señaló que, salvando algunas excepciones, estas se han mantenido también a lo largo de esta edición. «Hemos hablado con muchos participantes y todos coinciden en señalar que Durango se ha convertido en la plaza para mostrar el trabajo de los creadores y de la propia industria», afirmó.

Mujika cree que la feria «ha escuchado y ha hablado. La Azoka se ha vivido y cada visitante ha tenido una experiencia propia. Y Durango se ha mojado, no solo con la lluvia, sino con la ilusión y las ganas de disfrutar de la cultura», indicó.

Asimismo, enfatizó en las relaciones entre creadores y público y esta edición ha servido, a su juicio, para reforzar esos canales. «La feria ha vuelto a ser muy exitosa. Ha ayudado al sector a divulgar sus creaciones. Se han mantenido las ventas y ha servido para fortalecer la relación entre los creadores y el público. Así se ha reflejado en los actos convocados en diferentes zonas, que en su mayoría han estado repletas», dijo.

Éxito del modelo

Mujika hizo así clara referencia a Ahotsenea y al resto de espacios que han venido sumándose a la feria en los últimos años. Pero Ahotsenea merece una mención especial. Un proyecto que nació de forma alternativa como puente comunicador entre creadores y público es ahora uno de los ejes principales de esta cita. Cabe recordar que agotó en un solo día la agenda de actuaciones y presentaciones prevista para la feria. Ha acogido casi un centenar de actos que por primera vez en este año se han presentado en dos carpas diferentes; una, dedicada a la música y, la segunda, a libros y coloquios. Ha habido días en los que se ha llenado hasta arriba, como se dio en el caso del concierto de Berri Txarrak del pasado sábado.

Lutxo Egia, responsable de Ahotsenea y del resto de espacios de la Azoka (Szenatokia, Irudienea, Kabi@, Saguganbara y Plateruena) hizo también una lectura positiva de lo que ha dejado Durango a su paso por la 49 edición.

Público Vs. creadores. Dos mundos frente a frente. Un hecho que, a su juicio, aporta una nueva identidad a Durango. «Los creadores creen que tienen un lugar propio en la feria», aseveró.

Este año la Feria de Durango ha organizado cerca de 150 actos, a través de los cuales «el visitante ha podido dibujar a su gusto el recorrido que ha querido realizar». 91 de ellos han tenido lugar en Ahotsenea, que ha acogido 55 conciertos y 36 coloquios en breves espacios de media hora. Y la buena acogida se ha repetido también en Szenatokia, Irudienea, Plateruena y Kabi@ que, «aunque tenga un público más diferenciado, se ha demostrado que la cultura digital está cobrando mucha fuerza». En ese sentido, hizo hincapié en que la feria se organiza cada año entre muchas personas y subrayó que el resultado corrobora el éxito del actual modelo de gestión.

Durante la valoración también estuvieron presentes miembros de la industria cultural. En concreto, participaron Olatz Osa, en nombre de la Asociación de Editores Vascos, y Amets Rodríguez, en representación de la industria musical vasca.

Osa se ciñó a la línea literaria de la feria. Comenzó su alocución con un mensaje a los lectores. «Sabemos que el tiempo no ha acompañado, y que tampoco acompaña la situación económica de mucha gente. Nosotros tampoco vivimos el mejor momento, pero hemos recibido el apoyo de los visitantes», señaló.

Puede que la economía sí, pero la creación no está en crisis. «La creación mantiene su fortaleza» a juicio de Osa, quien incidió en los nuevos talentos de la literatura vasca que emergen también cada año en Durango.

En cuanto a la música, la valoración también tuvo tintes positivos. Se mantienen las ventas y aumentan los canales de comunicación con los seguidores gracias a la propia Azoka y a las propuestas como Ahotsenea. Se fijan las bases para un mayor acercamiento con el aficionado y ello repercute directamente en las ventas.

Y hasta aquí lo que ha dado la feria de este año. El tiempo horrible y el frío helador se han dejado notar, pero aun así, Durango sigue siendo una ineludible referencia de la cultura vasca. Cuatro días de fervor cultural y creativo que dan impulso para afrontar el nuevo año. En 2015 habrá bodas de oro. Y allí estaremos.

DISCULPAS

La organización pidió disculpas por la mala calidad de algunas proyecciones que se ofrecieron en Irudienea y por las altas temperaturas de la sala en la que se celebraron las reflexiones de la feria, que en algún momento llegaron a ser casi insoportables.