BILBAO BASKET 70

OBRADOIRO 58

La Copa y el sol grancanario ya se vislumbran al fondo de la recta de meta. Le costó una piscina olímpica de sudor ante un Obradoiro incómodo hasta el extremo, pero Bilbao Basket sumaba su noveno triunfo. No fue cosa baladí, porque la reacción con la que rompía las cadenas el cuadro bilbaino llegaba en su peor momento. Iniciado el tercer período, el Obradoiro, que había sabido colocarse a la estela de los hombres de negro, y se adelantaba 38-43.

Las cosas pintaban mal para los de Sito Alonso, ya que el planteamiento defensivo de Moncho Fernández había incomodado sobremanera el ataque local. Marko Todorovic apenas pudo moverse, básicamente porque el defensor de Hervelle prefería acudir en ayuda a la defensa del montenegrino e invitar al de Lieja a tirar triple tras triple. Mientras, Quino Colom hallaba espacio y tiempo de sobra para lanzar desde lejos y Raül López, por su parte, debía sufrir ante la agresividad atacante de sus pares, que lo buscaban con saña. Mumbrú, que tuvo que sacar petróleo de los segundos esfuerzos y de las penetraciones a aro pasado, peleaba contra un Pumprla que es la personificación de la inteligencia y ante un Kleber que no lo dejaba a sol ni a sombra.

La primera mitad fue una partida de ajedrez. Dejan Todorovic se dedicó a secar a un Corbacho que no acudió al rescate de los suyos, pero tampoco parecía hacer falta, ya que llegaban 34-36 al descanso, después de un gran final anotador del brasileño Rafa Luz. Danilo Andjusic, fruto de una actividad incansable que condenaba a Borg al ostracismo, era una de las pocas buenas noticias de los bilbainos, que sumaban un 4 de 17 en triples.

Raül López abre el camino

La reacción se produjo con el marcador con el 38-43. Raül López apareció con dos de los cuatro triples que clavó para voltear -por última vez- el marcador. Al de Vic se le sumó un Quino Colom que no quiso ser menos que su compañero de puesto y fatigas, añadiéndole cinco puntos -incluido un triple, al fin- y una secuencia de pases que acabó con otro tiro exterior de Andjusic, que dejaba el marcador 54-48 al final del tercer cuarto.

Faltaba ponerle la puntilla, y fue Dejan Todorovic quien se encargó de ello. Un corte por la línea de fondo que cerraba en mate, dos canastas más ante un Obradoiro que se aferraba al choque de la mano de Waczynski, y un último triple elevaron la renta bilbaina por encima de la decena, 66-53, dejando el choque prácticamente visto para sentencia, con nueve puntos clave por parte del escolta cedido por el Unicaja logrados en el último período.

Y para postre, faltaba que Latavious Williams se ganara una despedida por todo lo alto de Miribilla. El pívot estadounidense, aplaudido desde el primer momento a pesar de conocerse que se irá al Turk Telekom a partir del 1 de enero, pudo congraciarse con su público con un gran mate, unido a su brega habitual frente a un rival que se estrellaba contra el aro. Dentro del último minuto, Sito Alonso tuvo el detalle de sustituir al pívot, que fue ovacionado por un Bilbao Arena puesto en pie.