Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Que pin, que pan

Extraños comportamientos de los llamados a dirigir la cosa pública, esto es, los profesionales de la política al servicio de la economía. Los vaticinios de un posible descalabro electoral de los dos partidos principales soportes del Estado, en vez de llevarles a escenificar la ficción de una democratización interna que aporte algo de aceite a la herrumbre de su maquinaria, tocan a degüello para con los que apuesten por la mínima veleidad acerca de algún posible cambio. Enroque y vuelta a «el que se mueva no sale en la foto».

Así en la capital del reino español, en la clausura de la convención autonómica del PSM el diputado socialista y candidato del PSM a alcaldía del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, profesor de la más que católica Universidad CEU San Pablo y tertuliano de todas las tertulias habidas y por haber, donde exhibir públicamente la ignorancia como «59 segundos», «La Noria», «El programa de Ana Rosa», «Madrid opina» en Telemadrid, «El gato al agua» en Intereconomía, «Al Rojo Vivo» y «Noche» en La Sexta, la vuelta al mundo de VEO7, es.Radio, la SER... el susodicho alcaldable afirmaba exultante: «Mientras Tomás Gómez, el mejor candidato a la Comunidad de Madrí y los socialistas, pin pan, propuesta, pin pan, propuesta, pin pan propuesta, otros (en referencia a Pablo Iglesias) están parados, `tic tac', esperando».

«Pin pan, pin pan propuesta», pero ya se sabe que el hombre propone y sólo Dios dispone. Así que Tomás, el mejor candidato, en un instante, pin pan, ha cambiado a Tomás el no candidato apestado. Todo democrático. Que tienen hasta primarias, como los americanos. Ríete tu del tan efectivo centralismo democrático. ¿Y el tal alcaldable Carmona que loaba las virtudes de Tomás? Dispuesto a sacrificarse y, pin pan si se lo piden, ocupar el puesto de secretario del PSM que ostentaba el destituido Tomás. Por estos lares, los del PP de Gipuzkoa eligen candidato a la alcaldía pero, la más que católica Quiroga, tan cercana a Dios, con la ayuda de Madrí, dispuso que fuese otra. La correcta. Y todo democrático, como los americanos.

Mientras un Markel Olano excitado por la fantasía de verse rodeado de atractivas y humeantes incineradoras proclama que eliminará el Impuesto de la Riqueza y de las Grandes Fortunas, ganando, así, la voluntad y el voto de los desfavorecidos. Todo democrático, como los americanos.