Alvaro Reizabal
Abokatua
JO PUNTUA

Que escriban esas leyes

Sigue coleando el caso Cabieces, y lo que te rondaré morena. Resulta que al exdelegado del Gobierno le caían del cielo sin necesidad de hacer nada 6.000 suculentos euros mensuales que le pagaba Kutxabank mediante un subterfugio para que la operación resultara más opaca. Esta cantidad era complementada por Iberdrola con otros 62.000 anuales para que pudiera llegar a fin de mes. Algo así como los complementos a mínimos de las pensiones de la Seguridad Social.

Estos cobros, además, no impedían al ilustre pensionado llevar a cabo su actividad profesional. Y como explicación de semejante desmán, los responsables del asunto se rasgan las vestiduras y apelan a leyes no escritas, a que fue a solicitud de un alto dirigente del PP y a que estas cosas siempre se han arreglado así, argumentos ante los que uno alucina.

El Sr. Cabieces no era más que una persona que se quedó sin trabajo, un número anónimo de la infantería del ejército de parados. Unos dicen que cesó voluntariamente, por lo que en ese caso un trabajador cualquiera no habría tenido derecho a prestación por desempleo, pero aunque se admitiera a efectos dialécticos que sí, lo que habría percibido tras pasar por la cola del paro sería una prestación de menos de 1.000 euros mensuales y no casi 12.000 como ha venido cobrando. Y no podría trabajar. Por tanto, queda claro que la ley por la que se ha regido este asunto no es la Ley de Empleo escrita para estos casos.

La explicación de que se dilapida el dinero de los accionistas de una entidad bancaria a petición de un alto dirigente del PP es aún más delirante. El PP de Andrea Fabra, la que gritaba en el Congreso ¡que se jodan! al tiempo que Rajoy anunciaba el más importante recorte en las prestaciones por desempleo, se preocupa ahora por este ilustre parado. Vivir para ver. Si ese dirigente quería ayudar a Cabieces, podía haberlo hecho con su patrimonio personal, pero no incitando a otros a que lo hicieran metiendo la mano en el cajón ajeno y a costa de los accionistas y ahorradores.

Hay quien ha dicho que para estos casos están los fondos reservados, y cabe preguntarse si este afortunado desempleado no habrá cobrado también de ahí. Pero, de momento al menos, no se sabrá, porque es materia reservada, aunque al final se acabará sabiendo todo. Al tiempo.