El presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente en Madrid, Fernando Marín, propuso ayer la creación de un Observatorio de la Muerte Digna en la CAV. A su parecer, es «fundamental» formar un equipo que analice cómo están muriendo las personas, no tanto de qué se mueren, que ya se sabe, sino en qué condiciones.

Marín, que compareció ante la Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Participación Ciudadana del Parlamento de Gasteiz para dar su opinión sobre la proposición de Ley de garantía de los derechos y de la dignidad de las personas en el proceso final de su vida, presentada por EH Bildu, afirmó que Osakidetza debería contar con un observatorio al que los pacientes pudieran aducir si creen que no se está respetando su derecho a una muerte digna.

En cuanto a la norma de la coalición soberanista, el presidente de DMD Madrid afirmó que esta no debe establecer la finalidad de los recursos paliativos, sino que tiene que fomentar el empoderamiento ciudadano para que cada cual pueda decidir cómo morir sin sufrimiento. «Qué importa adelantar o retrasar la muerte, lo que importa es respetar la voluntad del paciente», destacó tras denunciar que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa «se muere tan mal que hay que hablar de garantizar la dignidad en el proceso de la muerte».

Asimismo, advirtió que el testamento vital -al que han recurrido más de 13.000 personas en la CAV- es un «fracaso absoluto», principalmente por que los profesionales sanitarios se «aferran a una conducta paternalista» hacia los pacientes. A este respecto, criticó que algunos médicos no informan a los pacientes en estado terminal. «El titular de la información es el enfermo. Ya está bien de tratarlos como a niños», añadió.

Por su parte, la directora de la Comisión Ética de Investigación y Docencia de la UPV-EHU, Mabel Marijuán, insistió en la necesidad de formar al personal sanitario. «Si un médico no sabe como hablar con un paciente sobre una enfermedad, habla con la familia», señaló la facultativa, que planteó la conveniencia de avanzar en la planificación anticipada de decisiones. Algo que podría ser muy importante en casos de alzhéimer.

Precisamente, la Asamblea francesa autorizó ayer la «sedación profunda y continua» hasta la muerte de algunos pacientes [página 22].