Aitor AGIRREZABAL
Entrevue
Gary Wilson
Excoordinador de la campaña unionista en Edimburgo

«Me llaman traidor pero, según nos formamos, cambiamos de opinión»

La fuga de votos hacia el «Sí» que está igualando las encuestas en Escocia se refleja a la perfección en la figura de Gary Wilson, quien, tras ser coordinador de la campaña «Mejor Juntos» (Better Together), ahora apuesta por el soberanismo y es miembro de Laboristas por la Independencia. Atiende a GARA en la sede de esta nueva formación política en Edimburgo.

Gary Wilson conoce a la perfección la realidad de Escocia. Nacido en Glasgow, se trasladó a Edimburgo hace más de una década, donde trabaja con la gente más necesitada y, además, ha sido partícipe de ambos lados de la campaña.

¿A cuándo se remonta su relación con la política?

Siempre he sido votante del Partido Laborista. En la época de Thatcher hubo grandes huelgas y ahí comencé a tener conciencia de lo que sucedía a mi alrededor. Provengo de una familia laborista pero, tras el apoyo a la guerra de Irak, abandoné la militancia y ahora soy miembro de Laboristas por la Independencia.

Sin embargo, antes fue coordinador de la campaña Mejor Juntos, también en Edimburgo.

Hasta hace cinco meses. No existía esa rama laborista por la independencia, o por lo menos no con la fuerza que tenemos ahora. No soy nacionalista escocés y tampoco quería apoyar al SNP (Partido Nacional Escocés).

¿Cómo fue ese proceso de cambio respecto al referéndum?

No me sentía cómodo con las ideas que defendía esa campaña, compartiendo políticas de los conservadores. Al mismo tiempo, Laboristas por la Independencia se dio a conocer y enseguida me interesó ser parte de ellos. Fue una decisión complicada, pensaba que podía estar traicionando al partido.

¿Qué le hizo cambiar de opinión?

Yo trabajaba con gente sin hogar y muchos de ellos me hablaban de lo injusto que es el sistema de Westminster con ellos y del cambio que podemos lograr. Debemos crear una Escocia donde las diferencias sociales no existan. Llegué a la conclusión de que la independencia es buena a nivel emocional, financiero y social.

¿Cómo le ha afectado tal cambio en su vida?

Es raro. La gente con la que antes compartía campaña me niega el saludo. Trabajo cerca del Parlamento y simplemente me ignoran. Al principio, recibí varios mensajes llamándome traidor, que si había dado la espalda a la Reina y toda esa basura... Tampoco me esperaba que hubiese esta reacción a nivel de medios y redes sociales.

Pocos conocen ambas campañas como usted. ¿Cuáles son las mayores diferencias?

La gente de la campaña por el «Sí» es más pasional, mientras que la unionista es mucho más negativa; demasiado. Se trata de cómo poder asustar al votante en lugar de informar. El independentismo, por el contrario, trata de mostrar cuáles son los objetivos que se desean lograr. Nunca me sentí cómodo al lado de los tories, que guían la de `Mejor Juntos'. Todo en lo que creo va en contra de lo que ellos defienden.

¿Entiende que desde fuera llame la atención que el coordinador de la campaña unionista cambie y apueste por la independencia?

No debería ser tan grave como lo pintan. Somos personas y, según nos formamos, las opiniones pueden cambiar. Para eso está la información. Además, yo no siento haber dejado la línea oficial del partido, sino que la línea oficial del partido me ha abandonado a mí. No conozco la realidad de Euskal Herria, pero aquí el peso racional es tan importante como el sentimental. A la gente hay que convencerla con argumentos.

Sin embargo, la prensa no les da demasiado espacio.

La prensa, a excepción del «Sunday Herald», es contraria al «Sí». Está controlada por gente rica que se siente cómoda con el reparto social actual. Hay intereses de mucho poder detrás del «Mejor Juntos». Es una razón más para optar por el cambio.

¿Son muchos quienes, como usted, han cambiado su opinión?

Hay mucha gente huyendo de esa maquinaria política del miedo que ha puesto en marcha el unionismo. Todavía hay quienes no quieren alejarse del orden establecido en el Partido Laborista, pero cada vez somos más. La hostilidad con el partido es visible y han tratado de vender que somos gente del SNP.

¿Representa el Partido Laborista a Escocia?

Si Escocia logra la independencia, habrá mucha gente que huya del partido. No sé cómo van a poder recuperar la credibilidad de un pueblo cuando han defendido mantenerse al lado de los gobiernos conservadores de Londres. Lo que este partido representa son los intereses de Inglaterra y votaremos en contra de eso.

¿Qué supone un voto negativo?

Si gana el «No» supondrá otro gobierno conservador o, en el mejor de los casos, una coalición con el Partido Laborista, que seguirá los mismos pasos, con una privatización de la salud cada vez mayor y unas diferencias mayores entre ricos y pobres. Sin embargo, no estaríamos en el mismo punto. El independentismo seguirá creciendo y la posición ante otro futuro referéndum será mucho más fuerte.

Para terminar, ¿qué pasará el 18 de setiembre?

Creo que habrá un voto por la independencia. No una amplia mayoría, pero lo suficiente para ganar. Las encuestas son encuestas, y pese a que todavía el «No» está por delante, esto ya lo hemos vivido en otras ocasiones. En las últimas elecciones, todas las encuestas daban ganador al Partido Laborista a una semana de la votación y, finalmente, el SNP obtuvo mayoría absoluta.