Apesar de seguir sintiéndose incómodo en la jaula, el delantero de Aspe podría calarse este domingo su tercera txapela del acotado.

Al término del partido ante Xala pidió que el campeonato terminara cuanto antes...

Afortunadamente no ha acabado. Fue el calentón de después del partido, que lo ves todo negro, pero el lunes a la mañana ya me levanté con ganas de entrenar y por suerte ya le hemos dado la vuelta a la tortilla.

¿Y cómo se le da la vuelta a eso? ¿es cuestión de carácter?

Eso es, estás desesperado porque no has hecho un buen partido, pero no dije ninguna mentira, dije que, si seguía igual, aquello iba a ser un calvario. Pero nos gusta ganar, nos gusta competir y pude ganar el siguiente partido.

¿Se siente ya más cómodo?

Es muy incómodo. Más ahora que se juega muy rápido. Todo el mundo va al aire, no da tiempo a pensar y muchas veces te quitas la pelota de encima. Aquí todo el mundo juega muchísimo y es difícil hacer el tanto.

¿Le falta sitio?

Para hacer el tanto sí pero estamos jugando todos igual. Una de mis virtudes es la velocidad y la fuerza que le doy a la pelota. Quizá yo no marco ángulos, o no ajusto tanto como otros. A unos se nos dan bien unas modalidades y a otros otras.

Fue el primero en hablar del triplete ¿cómo lo ve ahora?

No me da miedo hablar de ello, fui yo mismo el primero en hablar de ello pero ahora no le doy vueltas, voy a salir a jugar como si fuera la primera final de este año. Incluso más tranquilo, estoy muy contento con el trabajo que he hecho este año, con el trabajo de los dos últimos años llegando a las seis finales y, si gano muy bien, pero si pierdo creo que también tengo que estar contento con el trabajo y con la trayectoria. Al final, no me lo juego todo en ganar esta txapela y por eso puedo llevar las cosas más tranquilas.

Sería el primer pelotari en conseguirlo dos veces...

Pero al final vives del presente y del futuro, eso para cuando me retire. Las leyendas, las anécdotas y el palmarés ya las miraré cuando me retire. Por supuesto que sería bonito, me gustaría ganar y ser el primero en hacer dos tripletes. Ya estuve a punto de hacerlo en 2009 pero no pudo ser, y es que es muy complicado, aquí todo el mundo juega a pelota.

Pero en dos de las tres finales han estado usted y Aimar. Los que hablan de relevo generacional ¿se han quedado sin argumentos?

Es ley de vida y siempre no vamos a estar ganando. Entre los dos creo que han dicho que llevamos 43 finales, el 22 y yo 21. Podemos darnos con un canto en los dientes con lo que hemos hecho, pero seguiremos entrenando y para eso estamos machacando todas las semanas. Igual no llegamos a ninguna más, esto no va a ser tan bonito siempre, un día llegará.

Pero de momento no hay nadie que se les acerque...

Eso de que no hay nadie... en este campeonato, por ejemplo, a ambos nos ha costado muchísimo llegar a la final. Yo perdí el primer partido, él el segundo y con Ezkurdia lo pasó muy mal, yo con Bengoetxea pasé muchos aprietos... no es ningún paseo llegar a las finales, nos cuesta siempre bastante.

¿Ha jugado alguna otra vez dos tantos como los dos ante Oinatz?

No, no, y encima los dos primeros, nunca. Yo pensaba que no me recuperaba, después del segundo tanto no me llegaba el aire. Luego por suerte le di la vuelta. Y esos dos tantos, aunque los ganó el, le pasaron más factura.

Nunca había pedido descanso con los dos primeros tantos, fueron 12 pelotazos en el primer tanto y 31 en el segundo, todo en minuto y medio. Pero para eso entrenas, yo también me quedé sorprendido de tener que pedir descanso en el segundo tanto y estaba ahogado pero acabé el partido más entero.

En el último entrenamiento que hizo, Olaizola II dijo que, jugando como hasta ahora, no tenía nada que hacer en la final...

Pues ojalá tenga razón y juegue mal el día de la final o que juegue yo mejor y le gane, pero... de lo que diga Aimar estos días no me voy a fiar. Seguro que tendrá esas sensaciones pero todos sabemos lo que juega Aimar.

Además de ser su distancia, todos conocemos su habilidad de presentarse a tope a las finales...

Una final no se juega todos los días y Aimar, aunque parezca frío, es muy competitivo y un ganador nato y va a dar el callo en la final, lo tengo clarísimo. Tengo que hacer un buen partido y, si le quiero ganar, voy a tener que jugar muchísimo.

Además en el cuatro y medio se siente cómodo, es un pelotari que ajusta a la chapa en el ancho y te hace el tanto. A mí me cuesta mucho más. Ha ganado partidos solo con estar en el frontón, haciendo lo justo.

Este bajón que se dice tiene ¿puede deberse a la acumulación de partidos?

Todo se juntará. Antes en el Cuatro y Medio se jugaba más pausado y él era el que controlaba a todo el mundo y el que mandaba en la cancha. Hoy todo el mundo va para adelante, te hace saque-remate, en vez de dar el paso hacia atrás lo da adelante para entrar de aire y no te da tiempo a pensar. Muchas veces te tienes que quitar la pelota de encima y eso a él , como a todos, nos pasa, le hace estar más incómodo sobre la cancha.

Pero él está en la final otra vez. Está mal y está en la final. El año pasado también estaba mal y salió campeón, y este año le veo mejor que el año pasado.

En la primera parte de la final del año pasado lo tuvo contra las cuerdas ¿le sirve para creer que es posible ganarle?

Ya le he ganado varias veces a Aimar Olaizola en el Cuatro y Medio y a eso me agarro. Es el máximo favorito, tiene siete txapelas y es muy complicado ganarle, pero si le hemos ganado una o dos veces, se le puede volver a ganar y a por eso voy a ir. No es que me quiera quitar presión de encima, otras veces digo que ser favorito es bueno, porque la gente te ve mejor que el otro y ve que puedes ganar.