«La necesidad de ser competitivos nos aleja de un modelo sostenible»
Nacido en París, en 1982, tras una prolija carrera como guionista y cortometrajista, debuta en el largometraje con ‘La nube’, filme que obtuvo el Premio Especial del Jurado y el de Mejor actriz en el pasado festival de Sitges tras haber sido preseleccionado por la Semana de la Crítica de Cannes.

El momento excepcional que estamos viviendo hace que muchas de las películas que hemos visto a lo largo de este último año nos sugieran lecturas adicionales sobre el colapso de nuestro modelo socioeconómico, ligado a una situación de catástrofe global. Sin embargo, en pocas obras como ‘La nube’ resuenan con tanta claridad esos ecos, probablemente porque bajo la apariencia de un simple filme de género fantástico, Just Philippot ha construido una historia donde se reflexiona sobre los riesgos que conlleva la voracidad de una lógica de mercado que amenaza cualquier intento por lograr un desarrollo sostenible.
Es inhabitual que una opera prima como «La nube» parta de un encargo profesional. ¿Qué puntos de interés encontró en la propuesta proyecto para aceptar dirigirla?
Yo había participado en Sofilm, que es una residencia para la escritura de guiones pensada para renovar el cine de género. Con ellos había hecho mi último corto, ‘Acide’ y el responsable de Sofilm, Thierry Lounas, pensó que yo era la persona indicada para dirigir este guion que había surgido también de la residencia. Me pareció una oferta irrechazable, no solo porque me sintiera en deuda con ellos sino porque vi que a través de esta historia podía contar, en cierto modo, las tensiones que existen en la sociedad en la que vivimos, donde con la excusa de garantizar el bienestar de nuestros hijos y nuestros descendientes estamos metidos de lleno, y sin ser plenamente conscientes de ello, en una vorágine de destrucción que amenaza el futuro de nuestro planeta con un modelo de desarrollo y de explotación de los recursos insostenible.
El verdadero terror acontece cuando el espectador asume que lo que le estás contando es algo plausible, que le puede llegar a tocar de cerca
La película posee un alcance alegórico evidente pero, siendo su primera película, ¿no temió sucumbir ante las muchas posibilidades que plantea un argumento semejante?
Mi único miedo era que la historia no me enganchase, no sentir la pasión necesaria para rodarla, porque al final dirigir una película es un trabajo que te exige estar supermotivado. Pero el guion estaba tan bien escrito que impedía cualquier tentativa de dispersión por mi parte, pese a los múltiples puntos de interés que tiene la historia. De hecho, quise introducir algunas modificaciones en aras de darle una mayor dimensión social al filme. Por ejemplo, la muerte del marido de la protagonista, que es el punto de arranque de la historia: yo pensé que si en lugar de estar motivada por el cáncer era producto del suicidio, eso podía reflejar la realidad de muchos agricultores franceses que viven prácticamente desahuciados. Pero el productor me hizo ver que cuanto más elementos adicionales incorporase a la historia, esta perdería su fuerza alegórica.
La protagonista de ‘La nube’ es una granjera que apuesta por criar saltamontes como paradigma de una agricultura más sostenible y ecológica, pero lo que hace es reproducir los vicios de un modelo agotado.
Virginie es una de esas personas que deciden convertirse en emprendedoras aferradas a una idea que no ha salido de ella, sino que ha visto publicada en internet o no sé sabe dónde. Ella está convencida de que está apostando por un modelo de producción sostenible, limpio, que casi no necesita agua ni electricidad, pero esa lógica choca contra la lógica del mercado. Tú puedes fabricar el mejor producto, pero para ser competitivo tienes o bien que venderlo barato o bien venderlo en grandes cantidades, y eso es lo que la empuja a incrementar la producción de insectos mediante métodos poco ortodoxos. La necesidad de ser competitivos nos aleja de un modelo sostenible y esa es la idea en la que me interesaba profundizar, sirviéndome de recursos de imagen y sonido propios del cine de terror.

En el fondo, su película tampoco está tan alejada del cine de catástrofes, esa suerte de seudogénero que nos advertía sobre los peligros que conlleva la intervención del ser humano sobre el medio ambiente hasta modificarlo. ¿Lo percibe así?
Un poco sí y, realmente, eso es producto de mi preocupación por conferir a nuestra historia un anclaje con la realidad. El guion original estaba más vinculado al género fantástico: los saltamontes, al probar la sangre humana, mutaban hasta convertirse en otra especie de saltamontes, eran como una especie de gremlins y a mí eso me hacía gracia, pero no me convencía porque yo creo que el verdadero terror acontece cuando el espectador asume que lo que le estás contando es algo plausible, que le puede llegar a tocar de cerca. Lo relevante no es que los saltamontes sean modificados como especie, sino el impacto que eso tiene sobre el medio en el que habitamos. Es un poco lo mismo que ocurrió con el tema de las vacas locas: el ser humano se pone a jugar de manera inconsciente con la naturaleza y no mide el efecto de sus acciones. Ante cualquier eventualidad parece como si existiera la posibilidad de controlar algo que se nos ha ido de las manos y no nos damos cuenta de que la catástrofe que hemos provocado resulta ya imparable.
¿Cree que ese tipo de reflexiones confieren a ‘La nube’ un valor adicional en tiempos de pandemia? ¿Cómo espera que su propuesta sea recibida por el espectador?
En el contexto actual, nuestra película adquiere, que duda cabe, un valor adicional para el espectador pero, al mismo tiempo, pienso que la experiencia de la pandemia es tan fuerte que condiciona el modo en que el público se confronta casi con cualquier obra. En cada película que vemos, en cada novela que leemos, encontramos ecos de lo que estamos viviendo. En el caso de ‘La nube’, esos paralelismos entre lo que cuenta la película y el momento actual a mí, qué duda cabe, no me hacen muy feliz que digamos, pero creo que pueden beneficiar que nuestra película se asuma como una herramienta de reflexión sobre los peligros que conlleva el hecho de intervenir sobre la naturaleza.
Lo que hace que el cine tenga un valor a la hora de conformar una conciencia crítica en el espectador es que se trata de una experiencia colectiva
¿Cree que el género fantástico, a través de las distopías, favorece la creación de un espíritu crítico en el espectador?
Bueno, yo soy muy escéptico en ese sentido y creo que hay una sobrevaloración del relato distópico como herramienta de reflexión. Para mí lo que hace que el cine tenga un valor a la hora de conformar una conciencia crítica en el espectador es que se trata de una experiencia colectiva. Cuando sales de casa y te metes en una sala a oscuras a compartir una historia con otras perdonas, estás participando de un acto de socialización y eso es lo que permite que pueda generarse un debate, más allá del género o del tipo de película que hemos compartido.
Atendiendo a esto que comenta, ¿cómo vive el hecho de que su primera película casi no vaya a verse en salas? Si no me equivoco, el Estado español va a ser el primer lugar en el que se estrene, ¿no?
Sí. España y Francia van a ser los primeros sitios donde la película se estrene y posiblemente sean los únicos ya que en el resto de países, seguramente, ‘La nube’ llegue a los espectadores a través de Netflix. Resulta un poco frustrante que tu primera película no pueda ser vista en salas, pero al mismo tiempo debemos asumir que la situación es complicada y que no tiene sentido lamentarse. La pandemia nos ha hecho vivir con una lógica de resistencia y el hecho de que la película se estrene en salas, aunque sea solo en dos países, me hace feliz porque asumo que no todo está perdido y que lo que hace unos meses veía como algo imposible, puede producirse. Eso hace que, pese a todo, aún podamos vivir instantes de plenitud.

El Patronato del Guggenheim abandona finalmente el proyecto de Urdaibai

Descubren un colosal «valle de los dinosaurios» en el Stelvio con miles de huellas fósiles

85 urte dituen Juaristi enpresaren egoera larriaz ohartarazi dute berriz langileek

«Espainolisten oldarraldiaren aurrean» independentziaren alde agertu dira ehunka gazte Bilbon
