Maite Ubiria

El calendario de reapertura de Macron deja pendiente la cuestión de la frontera

El calendario de reapertura desgranado a través de la llamada prensa regional por el presidente francés, Emmanuel Macron, no despeja la cuestión de las fronteras, pese a que el cierre que rige desde enero se ligó expresamente a la situación sanitaria. Sí levantan barreras Alemania y Portugal.

Los controles permanentes de la Policía gala y aleatorios de la española se mantienen en la muga de Irun-Hendaia. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Los controles permanentes de la Policía gala y aleatorios de la española se mantienen en la muga de Irun-Hendaia. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

La situación sanitaria compleja en la región francesa de la Mosselle llevó al Gobierno de Alemania a adoptar medidas de restricción en la frontera que levantaron las críticas de las autoridades francesas.

Esa situación se aligerará ahora, ya que tanto el Estado francés como Alemania han planteado, al igual que otros muchos estados europeos, escenarios de reapertura escalonada ya con la vista puesta en los meses de verano.

Las autoridades de Renania-Palatinado han sido las encargadas de anunciar la suavización de controles en la muga, que repercuten en la dinámica transfronteriza de Alsacia.

Los estados federales deben de ser consultados por el Gobierno alemán a la hora de adoptar medidas que conciernen a la muga, a diferencia del Estado español en que, en el mejor de los casos, se notifica el cierre a los delegados de gobierno para que estos lo trasladen a los ejecutivos de Nafarroa y Lakua.

Al igual que en Alsacia, también cambiarán las cosas en los pasos fronterizos que modulan diariamente la vida de numerosas localidades de Galiza. Y es que la muga terrestre de Portugal con el Estado español abrirá este sábado, incluso con cierta antelación sobre lo previsto.

Según explicó el 29 de abril el primer ministro portugués, Antonio Costa, la medida se encarna en el plan de reapertura que implementa actualmente ese país desde mediados de marzo.

Se levanta la limitación de 10 kilómetros en Ipar Euskal Herria

No hay síntomas de cambio, sin embargo, en la muga que divide a Euskal Herria.

La expansión de las variantes llevaba a París a reforzar, el 24 de abril, las restricciones en aeropuertos, aplicando medidas de cuarentena a pasajeros procedentes de países como India o Brasil. A esa misma fecha, el Gobierno congelaba la situación en las mugas terrestres, que siguen rigiéndose por la política de controles permanentes.

En el caso de Euskal Herria, la reapertura de tres de los ocho pasos que fueron cerrados por orden de la Suprefectura el 14 de enero alivió algo la situación, pero los controles permanentes en los pasos, principalmente entre Lapurdi y Gipuzkoa, siguen alterando fuertemente la vida cotidiana de los habitantes en las localidades más cercanas a la muga.

Ello sin olvidar el riesgo añadido que esa reposición de la frontera implica para los migrantes en tránsito, tal como han alertado organismos como Irungo Harrera Sarea.

De momento, el lunes 3 de mayo dejará de regir la prohibición de desplazarse a más de diez kilómetros del domicilio para los habitantes de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi, medida que, junto con el retorno de los alumnos de ciclos superiores a la enseñanza presencial, marca el inicio del calendario de reapertura expuesto por Emmanuel Macron.

Ese plan de reapertura escalonada se completará con el levantamiento total del toque de queda, que se aplica ahora a las 19.00 horas y que pasará a las 21.00 el 19 de junio en aquellos departamentos que, como el que incluye a Ipar Euskal Herria, no rebasen de manera sostenida la cifra de 400 casos de covid-19 por 100.000 habitantes. Ello antes de decaer del todo el 30 de junio.

Reaperturas sin fronteras, pese a la variante india

La tensión que se respira no ya entre los gobiernos de Gasteiz y Madrid sino entre PNV y PSE sobre el fin del estado de alarma el 9 de mayo se produce en un escenario europeo en el que los aires soplan en favor de rebajar las restricciones.

Ello pese a la preocupación que genera la expansión de las variantes y en particular la aparecida en India.

O a que los datos sanitarios no expliquen por sí solos esa política de puertas abiertas. De hecho, en las UCI del Estado francés hay hoy 5.800 pacientes ingresados por covid-19, cuando eran algo más de 2.000 en mayo de 2020.

De acuerdo al seguimiento de las medidas sanitarias en Europa que realiza la web toutel'europe, cabe afirmar que la tendencia a la apertura no conoce de fronteras, aunque los ritmos y profundidad de los cambios se modulen en función de los datos de la pandemia, la estructura socioeconómica o los usos culturales de cada estado.

Holanda abrió las terrazas de sus bares y restaurantes el 28 de abril y suprimió el toque de queda.

La vecina Bélgica seguirá sus pasos el 8 de mayo, con la apertura de terrazas que en el caso del Estado francés, y por tanto de Ipar Euskal Herria, deberá esperar al 19 de mayo.

Italia ha anunciado que, aunque con aforo reducido al 20%, la final de copa entre Atalanta y Juventus se jugará en junio con público en las gradas.

En Irlanda el desconfinamiento arrancó a principios de mes y desde el lunes se ha vuelo a autorizar la práctica deportiva en el exterior y han reabierto otras instalaciones al aire libre.

Bulgaria abordó el desconfinamiento progresivo con fecha de 1 de abril y completó el retorno a las aulas de los escolares el 12 de abril.

En Dinamarca funciona desde el 21 de abril una especie de pasaporte para filtrar los accesos todavía muy restringidos a salas culturales y locales de hostelería.

En Chipre está previsto que el confinamiento se levantará el 5 de mayo y Croacia mantendrá, de momento, fuertes restricciones, aunque con apertura de terrazas y salas culturales.

Al otro lado del Atlántico, la ciudad de Nueva York anuncia que «reabrirá completamente» el 1 de julio.

A cada anuncio de reapertura los gobiernos respaldan sus decisiones en el avance de la campaña de vacunación, que abordan como una carrera contra el reloj.

Así lo ha hecho hoy mismo el presidente francés, Emmanuel Macron, que asegura que desde el 15 de junio todos los mayores de 18 años podrán solicitar ser vacunados.

Poco que ver con la autojustificación de la posición de colista en vacunación a que se consagra todavía hoy el Ejecutivo de Iñigo Urkullu.