Pello Guerra

El Papa amarga al Opus Dei sus 40 años de Prelatura degradándolo y metiéndolo en vereda

A escasos meses de que se cumplan 40 años de su conversión en Prelatura Personal, el papa Francisco le ha amargado el aniversario al Opus Dei degradándolo y metiéndolo en vereda, al establecer que desde mañana su cabeza ya no será un obispo, no dependerá del pontífice y se le supervisará anualmente.

Detalle de un altar dedicado a José María Escrivá de Balaguer.
Detalle de un altar dedicado a José María Escrivá de Balaguer. (WIKIMEDIA)

En noviembre se cumplirán cuarenta años de su conversión en Prelatura Personal por decisión de Juan Pablo II, pero el papa Francisco ha irrumpido con fuerza para amargar esa celebración del Opus Dei degradándolo y metiéndolo en vereda. Lo ha hecho a través del Motu Proprio ‘Ad charisma tuendum’, que entrará en vigor este jueves, día 4, y que entraña unos cambios tan importantes en la Obra que se puede hablar de refundación.

Así, el Papa establece en el citado documento que el prelado del Opus Dei no podrá ser obispo, toda una degradación del líder de la Obra. Asimismo, establece que la institución pasará de depender de la Congregación de los Obispos a la del Clero, que se encargará de fiscalizar sus actividades, ya que el Opus tendrá que realizar un informe anual de su labor.

Todas estas medidas suponen bajar al Opus Dei del pedestal en el que le había situado el papa Juan Pablo II cuando lo erigió como Prelatura Personal el 28 de noviembre de 1982, la única que existe de momento en la Iglesia católica.

Para justificar esa manera de atar en corto a la institución, Francisco ha apelado a la necesidad de salvaguardar el carisma de la Obra. Así, en el Motu Proprio se señala expresamente que «deseando salvaguardar el carisma del Opus Dei y promover la acción evangelizadora que sus miembros llevan a cabo en el mundo y debiendo al mismo tiempo adaptar las disposiciones relativas a la Prelatura a la nueva organización de la Curia Romana, ordeno que se observen» las normas ya detalladas e incluso establece que «los Estatutos propios de la Prelatura del Opus Dei sean convenientemente adaptados».

Aceptación «filial»

Tras conocerse las sustanciales medidas introducidas por el papa Francisco, el Opus Dei reaccionó a través de una carta hecha pública por su prelado, Fernando Ocáriz, quien aseguró en la misma que aceptaba «filialmente» esas nuevas disposiciones.

De hecho, incluso parecía alinearse con las decisiones del pontífice al afirmar que la ordenación del prelado «no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei» e indicar que la voluntad del Papa de subrayar la dimensión carismática de la Obra «nos invita a reforzar el ambiente de familia, de cariño y confianza: el prelado ha de ser guía, pero, ante todo, padre».

Ocáriz añadía que «desearía que esta invitación del Santo Padre resonara con fuerza en cada una y en cada uno. Es una ocasión para profundizar en el espíritu que el Señor infundió en nuestro fundador y para compartirlo con muchas personas en el ambiente familiar, laboral y social».

Escrivá de Balaguer, en 1966. (WIKIPEDIA)



Esto es lo que aseguró el prelado de puertas para fuera, pero ¿cómo ha sentado en la Obra que el Papa les haya atado en corto? Jesús Bastante, redactor jefe de la página web religiondigital.com, no tiene ninguna duda de que la decisión de Francisco «ha molestado, ha molestado mucho», según señala en unas declaraciones a NAIZ.

A fin de cuentas, el Papa ha entrado en la misma esencia de la Obra para modificarla, al cambiar «una cosa radical, ya que le dice claramente que es una institución carismática y no jerárquica, y eso le golpea en la línea de flotación al ser una institución que es más vertical imposible».

Que el prelado deje de ser obispo es algo que se veía venir, en opinión de Bastante, quien recuerda que «ya estaba el gesto de que el Papa nunca le había concedido la dignidad episcopal al actual prelado. Pero que ponga con rango de ley que no va a ser obispo el prelado nunca más es un signo de lo que tiene que hacer el Opus Dei».

De hecho, bajar de categoría lleva aparejada la dependencia de la Obra de Escrivá de la Congregación del Clero, «porque ya no hay obispos en su jerarquía. Otra cosa es que tendría que haber pasado a depender de otra institución, porque el 90% de los miembros del Opus Dei no son clero, son laicos».

Como «paso muy interesante» califica el experto el hecho de que se obligue a la Obra a hacer un informe anual, «ya que implica un cierto control, porque si la reforma de la Curia ordena los estamentos curiales para controlar que no haya gasto de dinero, que no haya escándalos, que es una de las grandes obsesiones de este pontificado, en el Opus Dei va a hacerlo también».

Esperar mejores tiempos

Por lo tanto, los cambios son de gran calado y la Obra los ha tenido que aceptar «porque no le queda más remedio. ¿Qué va a decir?, ¿que no los acepta?» Pero ese particular ‘nihil obstat’ a regañadientes no supone que se resigne, porque, como apunta Bastante, «otra cosa no, pero la Obra tiene la capacidad de saber esperar en silencio tiempos más propicios mientras se organiza».

Así que tiene claro que «no va a haber una crítica en abierto al papa Francisco, ni nada por el estilo. Incluso me atrevo a decir que van a intentar expresar en público lo más posible su filiación con este papa».

Pero también está convencido de que la procesión va por dentro, ya que la actuación de la Santa Sede «ha molestado mucho y sobre todo esa sensación que tienen desde el inicio del pontificado de que el hecho de ser la única prelatura personal de la Iglesia puede tener los días contados».

En su opinión, lo sucedido «es el primer paso para que haya otras prelaturas de tipo personal, como en la Amazonía y determinados lugares, que, de hecho, se ha llegado a pedir. Y creo que este papa lo va a aceptar para quitar esa condición de exclusividad del Opus Dei».

Por lo tanto, para la Obra llega el momento de acometer «una cierta refundación si quiere permanecer. El Opus Dei es el único gran movimiento de la Iglesia, aunque ellos no se llamen así, que ha sobrevivido a su fundador sin tener que matar al padre, a Escrivá de Balaguer. Y se va a resistir con uñas y dientes a tocar algo de las enseñanzas de Escrivá, pero probablemente no tenga más remedio que hacerlo, porque la propia razón de ser del Opus como algo exclusivo, como una obra de Dios única, no tiene nada que ver con el evangelio y con lo que entiende este papa que tienen que ser las instituciones eclesiásticas».

Podría ser el momento de la verdad para el Opus Dei, pero Bastante es «poco optimista. Están ante un desafío y el futuro dirá qué pasará. Pero la Obra sabe aguardar a tiempos mejores, es consciente de que no hay nada como el paso del tiempo para volver a colocar las cosas en su sitio y van a jugar con esa posibilidad».