Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
PERFIL: DAVID BOWIE

El cantante que fue actor

David Bowie, en una de sus películas.
David Bowie, en una de sus películas. (NAIZ)

Desde su fallecimiento, al igual que ocurre con tantas otras estrellas del rock y del pop, el mito de David Bowie se ha engrandecido, mucho más de lo que ya era en vida. Han transcurrido apenas seis años y ‘Moonage Daydream’ (2022) se anuncia como el documental definitivo, hasta que se estrene el siguiente, claro. Sí es cierto que contiene bastante material inédito, y que es el resultado de cinco años de trabajo recopilando y montando imágenes y sonidos que perpetúan la carrera musical del Duque Blanco, amén de reafirmarle como la figura más conocida para el gran público de lo que fue el movimiento ‘glam’. Posee rango oficial, por contar con el apoyo de su familia, y hay que recordar a su hijo cineasta como voz autorizada. Duncan Jones se cambio de nombre artístico para demostrar su valía libre de padrinazgos, aunque el potencial exhibido en su ópera-prima de ciencia-ficción ‘Moon’ (2009) no se ha repetido en sus siguientes trabajos.

Es una pena que no llegara a dirigir a su padre, cuya brillante carrera como actor hubiera merecido mayor atención, viéndose eclipsada en parte por su éxito sobre los escenarios. A lo largo de sus actuaciones demostró un carisma único, apreciado por muchos cineastas importantes como Nicolas Roeg, David Hemmings, Uli Edel, Nagisa Oshima, Tony Scott, John Landis, Julien Temple, Jim Henson, Martin Scorsese, Julian Schnabel, Christopher Nolan o David Lynch.

Su presencia es inseparable de títulos claves, entre los que se encuentran ‘El hombre que cayó en la tierra’ (1974), ‘Gigolo’ (1979), ‘Yo, Cristina F’ (1981), ‘Feliz Navidad, Mister Lawrence’ (1983), ‘El ansia’ (1983), ‘Cuando llega la noche’ (1985), ‘Principiantes’ (1986), ‘Dentro del laberinto’ (1986), ‘La última tentación de Cristo’ (1988), ‘Basquiat’ (1996), ‘The Prestige’ (2006) y ‘Twin Peaks: The Missing Pieces’ (2014). En ninguna ocasión repitió papel, gracias a la capacidad de transformación que le llevó a crear personajes siempre diferentes y sorprendentes, ya fuera en caracterizaciones que se acercaban a su realidad sin maquillar o ya fuera bajo los más imaginativos disfraces.