Joseba Salbador Goikoetxea
Donostia

¿Merece la pena instalar aire acondicionado?

A medida que se acerca el verano y empiezan a subir las temperaturas, comenzamos a dar vueltas a la idea de instalar un sistema de aire acondicionado, sobre todo si lo hemos pasado mal en los últimos veranos. La decisión no es sencilla y depende de muchos factores, pero el principal es el económico.

Instalación de aire acondicionado en el balcón de una vivienda en Iruñea.
Instalación de aire acondicionado en el balcón de una vivienda en Iruñea. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Antes de acudir a una tienda de electrodomésticos, los expertos recomiendan analizar qué tipo de vivienda tenemos -por ejemplo, si está orientada al sur y tiene muchas horas de sol- y si tiene un aislamiento térmico adecuado. Cuando se habla de sistemas de aislamiento, lo habitual es acordarse de ello cuando llega el invierno, pero lo cierto es que una pared con un buen aislamiento térmico nos protegerá tanto del frío como del calor.

Así, antes de decantarnos por un aparato de aire acondicionado, quizás convendría darle una vuelta a mejorar el aislamiento de las paredes, para lo cual podemos utilizar materiales naturales y sostenibles como la celulosa o el corcho natural, que pueden utilizarse tanto para insuflar en las paredes tambor de los edificios antiguos, como para colocar en trasdosados ya sea de viviendas nuevas como antiguas.

Si tenemos las paredes bien aisladas pero seguimos pasando calor en verano porque nuestra casa recibe muchas horas de sol y no conseguimos refrescarla, podemos comenzar a pensar en instalar un sistema de aire acondicionado. Entre los sistemas que existen actualmente en el mercado, podemos diferenciar principalmente los que requieren de instalación y los que no. Comenzando por estos últimos, se trata de aparatos portátiles que podremos utilizar en la estancia de la vivienda que deseemos. Solo necesitaremos enchufarlos a la corriente y sacar el tubo que incorporan para expulsar el aire caliente por un hueco que dé al exterior, normalmente una ventana, aunque conviene sellar este hueco lo mejor posible.

El precio de estos aparatos no es muy elevado y arranca desde los 200 o 300 euros, aunque tienen algunos inconvenientes, como el ruido que generan, su menor eficiencia energética o el inconveniente de tener que sacar un tubo al exterior a través de una ventana.

Así pues, si lo que queremos es asegurarnos una temperatura óptima en toda la casa, no queda otra que optar por un sistema de aire acondicionado que requerirá de la correspondiente instalación. Existen dos tipos de instalación, una mediante conductos que reparten el aire frío en las distintas estancias de la casa, y otra mediante tubos que trasladan el gas refrigerante a los emisores repartidos en las habitaciones. Esta última, conocida como sistema split, es lamás utilizada en viviendas particulares ya que no requiere de grandes obras como es el caso de los sistemas por conducto de aire.

Los sistemas de tipo split se componen de un aparato exterior que habremos de colocar en la terraza o la fachada y que estará conectado a través de tubos de cobre a uno o más emisores en el interior de la vivienda. La unidad exterior -que es la que expulsa el aire caliente- alberga el compresor, el condensador donde el gas refrigerante pasa de gas a líquido y la válvula de expansión. Mientras que la unidad interior, también llamada split, contiene el evaporador donde se extrae el aire caliente y un ventilador que distribuye el flujo del aire refrigerado en la estancia.

Se trata del sistema más generalizado actualmente, ya que por un precio razonable permite climatizar más de una estancia de manera independiente, con lo que se convierte en el más eficiente. Además, no hay que olvidar que la mayoría de estos aparatos son bombas de calor reversibles, por lo que en invierno podremos utilizarlos como calefacción, aunque no con el poder calorífico de una calefacción al uso.

PERMISOS NECESARIOS

Antes de comenzar con la obra, hay que tener en cuenta que la instalación debe cumplir las ordenanzas municipales en cuanto a la modificación de las fachadas y que nunca está de más obtener la aprobación de la comunidad de vecinos, sobre todo si somos los primeros en instalar un aparato de este tipo. Aunque la Ley de Propiedad Horizontal establece que la modificación de elementos comunes requiere de la unanimidad del vecindario, lo cierto es que actualmente la instalación de estos aparatos se considera como obra menor y es suficiente con una mayoría simple, siempre que el aparato no tenga un tamaño desmedido, no afecte a la fachada principal y no cause daños específicos a la comunidad o a algún vecino.

Una vez solventado este aspecto, conviene también tener en cuenta que los sistemas de aire acondicionado solo pueden instalarlos los profesionales con certificado para la manipulación de gases fluorados, como es el caso. Entidades como la OCU recomiendan asimismo contratar el servicio de instalación con la misma empresa suministradora, de tal forma que en caso que que surjan problemas evitaremos que el fabricante le eche la culpa al instalador y viceversa.

Unidad interior o split que extrae el aire caliente y distribuye el flujo del aire refrigerado.

ACERTAR CON LA POTENCIA

Uno de los principales aspectos que hay que tener en cuenta es elegir el aparato con la potencia adecuada, que dependerá de la superficie de la estancia que queramos aclimatar. En general, se considera que por cada 10 metros cuadrados se requieren 1,1 kW de potencia de refrigeración, por lo que para tres habitaciones necesitaríamos un aparato de 3,3 kW y, para tener aclimatada toda la casa, uno de 5,8 kW. Este es un aspecto importante que conviene tener en cuenta para no tener problemas con la potencia contratada.

El precio final de estos sistemas dependerá, pues, tanto de la potencia del aparato como de la instalación que tengamos que realizar, aunque diferentes estudios concluyen que el precio medio se sitúa en unos 2.300 euros, siendo de 800 euros el presupuesto más bajo y de 5.000 euros el más alto. Para que no se dispare el precio de la instalación, conviene que la unidad del exterior no esté muy lejos de los emisores interiores, con el fin de utilizar la menor cantidad de tubo posible.

Una vez instalado el aire acondicionado, hay que tener en cuenta también el consumo de estos aparatos que, no lo olvidemos, son los electrodomésticos de la casa que más consumen. Es por ello que los expertos recomiendan optar por aparatos de clase energética A, B o C (verde), los índices que reflejan la mayor eficiencia, mientras que los modelos con etiquetas a partir de la letra D (amarillo) y hasta la G (rojo) resultarán más caros a la larga por el mayor gasto eléctrico. También puede ser interesante adquirir un dispositivo que cuente con modo ECO, que permite utilizar el aire con un consumo más bajo.

Por tanto, la respuesta a la pregunta de si merece la pena instalar aire acondicionado en casa no resulta sencilla, aunque se podría resumir diciendo que, en gran medida, depende del dinero que estemos dispuestos a gastar para no pasarlo mal con las altas temperaturas del verano.