Imanol INTZIARTE
RUGBY

El Aviron vuelve al Top 14

Un golpe de castigo anotado por Bustos Moyano da a los de Baiona la victoria sobre el Brive y el billete a la máxima categoría (21-19).

¡Qué bueno que viniste, Martín! El veterano zaguero argentino, que en julio cumplirá 34 años, añadió, si no lo había hecho ya, su nombre con letras de oro a la historia del Aviron de Baiona. Bustos Moyano, sexta temporada en el equipo vasco, había perdido ya parte del protagonismo que tuvo antaño en el quince inicial, pero ayer apareció para decir ‘aquí estoy yo’ en ese momento en el que las piernas le tiemblan al común de los mortales, y firmar con el tiempo cumplido una patada inmaculada que supone el regreso al Top 14, la máxima categoría.

Aviron jugará la próxima temporada con los más grandes, equipos como Racing, Clermont o Toulon pasarán por el Jean Dauger, todo gracias a una plantilla que ha creído en sus posibilidades y se ha venido arriba en las eliminatorias finales. Mucho mérito el del cuerpo técnico encabezado por Yannick Bru y Vincent Etcheto.

Todo parecía perdido en el descanso de la semifinal frente a Oyonnax. Igual que antes, durante la campaña, cuando el equipo daba la sensación de que perdía gas. Pero no. Ha sido la fe, el no bajar los brazos en ningún momento, lo que les ha recompensado con el premio gordo del ascenso.

La final frente a Brive fue un partido duro, parejo, en el que se trataba de defender con el cuchillo entre los dientes y no regalar puntos. El hecho de jugar en Pau permitía a los labortanos sentirse casi como en casa, con un desplazamiento masivo de hinchas blanquiazules. Más de 18.000 personas abarrotaron las gradas del Stade Hameau. Mucho blanquinegro, pero mucho más albiazul, espolvoreado con no pocas ikurriñas.

Metro a metro

Ambos conjuntos aseguraban el balón, ganaban metro a metro, buscando jugar en campo contrario para forzar un golpe de castigo que les permitiera sumar. Al descanso, ventaja para Aviron (9-6).

En la segunda mitad apareció el lógico cansancio, y los puntos empezaron a caer con mayor facilidad. El ensayo de Galala, único de todo el encuentro, puso a Brive por delante (12-13, 51’). Se puso en marcha el carrusel, golpe para tí, golpe para mí, y en el intercambio salieron ganando los de Correze (15-19, 64’).

Restaba un cuarto de hora para el final del encuentro. Aviron, fiel a su mentalidad, dijo que aquí no se rinde nadie. A falta de 5 minutos, golpe de castigo a favor. ¿Lanzar a touch para buscar el posterior ensayo desde los cinco metros o lanzar a palos? El eterno dilema. Los albiazules se decantaron por lo segundo, pájaro en mano. Bustos Moyano la clavó, un punto de desventaja (18-19, 75’).

Sacaba de centro Brive. Se trataba de coger el balón, cruzar a campo rival y buscar una única ocasión. Y esta llegó. Escorada a la derecha, según se mira a los palos, a medio camino entre el centro del campo y la línea de 22. Sin dudar, la pidió el zaguero argentino. Ahí donde a la mayoría las rodillas se les convertirían en flanes. Unos pasos hacia atrás, mirar al balón, mirar a los palos, una breve carrera, un impacto y… al Top 14. Disparados, como un cohete. Otra vez en lo más alto. Que suene esa «Peña Baiona».

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