Joseba ITURRIA
DESAPARICIÓN DEL EUSKADI MURIAS

Seis años de frustraciones en el intento de recuperar el equipo vasco en la élite ciclista

La desaparición del Euskadi Murias tras sus grandes resultados en sus dos años en la segunda categoría es el último revés en el deseo de tener un equipo ciclista vasco en la élite, para lo que parece necesario recuperar las claves que permitieron el éxito del Euskaltel-Euskadi.

La desaparición del Euskadi Murias es una frustración más en el intento de recuperar el testigo dejado por Euskaltel Euskadi a finales de 2013 y la confirmación de la dificultad de repetir un modelo único con la filosofía que nació hace 25 años la Fundación si no se sustenta en los cuatro pilares con los que creció con sponsors privados, el apoyo institucional, el de la sociedad con el apoyo que legitime la inyección de dinero público y miles de socios en un caso único en el ciclismo y una filosofía basada en competir con vascos o formados en la cantera.

El PNV y la Diputación de Bizkaia con José Alberto Pradera impulsaron con Miguel Madariaga un proyecto que tuvo muchos problemas para crecer a pesar de que nació con 3.450 socios y 720 empresas que cubrían el 70% de un primer presupuesto de solo 127 millones de pesetas (760.000 euros). El modelo de los socios no fue suficiente y los problemas económicos fueron constantes hasta la entrada a finales de 1997 de Euskaltel y en 1998 de las tres diputaciones, al unirse la de Gipuzkoa y Araba a la de Bizkaia. Ese año el equipo ya tuvo el equivalente a 1,5 millones de euros de presupuesto y desde ahí creció hasta entrar en 2001 en la máxima categoría y en el Tour. Alcanzó su máximo esplendor cuando Euskaltel subió su aportación y las instituciones llegaron a aportar 2,7 millones anuales a partes iguales entre las tres instituciones que presidía el PNV, el Gobierno Vasco y las Diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia. No solo tenía un equipo World Tour, también el Orbea continental, y uno amateur y, aunque el número de los socios bajó, en 2013 aún eran 1.580 los que aportaban más de 150.000 euros al proyecto.

El Gobierno ilegítimo de PSE-PP no apostó por este proyecto

y prefirieron devolver la Vuelta a Euskal Herria en 2011 y no apoyar al equipo con dinero público. Pero Iñigo Urkullu es lehendakari desde diciembre de 2012 y ha seguido la misma línea de apoyar eventos ciclistas y no a sus equipos. Así el PNV no apoyó ni al Euskaltel desligado de la Fundación que rompió en 2013 la filosofía del proyecto inicial ni al continental que sacó Miguel Madariaga. El final de la aportación pública, el fracaso del cambio de filosofía y las heridas abiertas provocaron que a finales de 2013 Euskaltel anunciara que ponía fin a su equipo ciclista y la Fundación Euskadi que también lo iba a dejar por sus deudas económicas.

Jon Odriozola entró en escena y con el apoyo de Ner Group anunció que asumían el mando en la Fundación Euskadi para sacar un equipo. Madariaga negó ese acuerdo y Ner Group descartó seguir adelante al no poder dirigir la Fundación, que al final sacó un equipo continental en 2014. Tras confirmarse su retirada, en 2015 Jon Odriozola encontró el apoyo de Murias para cubrir el vacío dejado por la desaparición de los dos equipos vascos en dos años y juntos han llevado su proyecto a la categoría continental profesional con unos resultados impresionantes. Ha logrado dos victorias en dos participaciones en la Vuelta, sin ningún apoyo de las instituciones a pesar de promocionar en el maillot Basque Country hasta el año pasado y la Fundación Elkano éste. A pesar de fusionarse con el Bizkaia Durango para cumplir el requisito que le ponían desde el Gobierno Vasco para recibir una subvención, tampoco la recibieron. También han buscado patrocinadores privados, pero no lograron ningún apoyo y tampoco han podido fusionarse con la Fundación Euskadi pese a su insistencia.

Mikel Landa evitó la desaparición de la Fundación en agosto de 2017, impulsó un equipo continental en 2018 y uno femenino y salvó el amateur del Goierriko este año. La desaparición del Euskadi Murias le deja como última esperanza de recuperar lo que fue el Euskaltel. Se marcó el objetivo de volver a reunir a los mejores vascos, él incluido, y aunque la realidad le ha demostrado su complejidad, con el apoyo de empresas privadas ha presentado toda la documentación necesaria para ascender a la categoría continental profesional en 2020, lo que le permitirá correr pruebas como la Itzulia, la Volta y la Klasikoa, pero tiene difícil recibir la invitación para la Vuelta por los cambios registrados en el ciclismo.

La Fundación no ha querido unirse a Murias, pero por ejemplo después de la Vuelta uno de sus representantes pedía a GARA no decir nada de los contratos que tenía firmados para evitar que eso pudiera dificultar la entrada de un patrocinador. Aunque se ha querido enfrentar a los dos proyectos, el ciclismo vasco no está para enfrentamientos y había sitio para los dos. Si con ellos este año se ha reducido la cifra de profesionales vascos y solo han podido subir tres jóvenes, en 2020 se pueden quedar sin equipo grandes profesionales y una veintena de corredores, sin poder dar salida a muchos jóvenes que se han ganado este año dar el salto.

La Fundación ha evitado pedir dinero a las instituciones, pero para asegurar el Vuelta y volver al Tour hay que recuperar el apoyo político y social que tuvo el Euskaltel Euskadi. Con una parte de los 7,9 millones que este año aporta Lakua a la Orquesta Sinfónica, Euskal Herria volvería a tener un equipo propio en el Tour y, si fueran todos los ciclistas vascos, lo aportado volvería a las arcas públicas por impuestos. Y es imposible tener mejores embajadores que sus ciclistas a nivel mundial, muchos creen que nuestra bandera es naranja. Es la única opción de tener una selección vasca en un deporte de primer nivel. Para eso no solo son necesarias ayudas públicas, también las privadas y las de los aficionados al ciclismo. Si la Fundación llegara a los 10.000 socios, la cuota es de 102 euros, se ingresaría más de un millón por este concepto.

O apoya toda la sociedad vasca o no habrá una nueva oportunidad de tener ese equipo ciclista, ni de dar salida a los jóvenes en el deporte en la que salen mejores vascos. En los últimos dos años han ganado seis etapas en las grandes y han entrado en las seis en el Top 10. Euskal Herria no da para un equipo ciclista. Necesitaría dos. Ya hemos perdido uno y no vale con decir que no hay que apoyar con dinero público el deporte de élite. Sin dinero público nada se puede mantener, solo los equipos de fútbol, que también han recibido mucho dinero para sus campos o para sus canteras sin necesitarlo. Como se ha apoyado a tres equipos de baloncesto en cada territorio sin una base social ni apenas jugadores vascos. El PNV ha preferido avalar el provincialismo en lugar de apoyar el equipo que nos unía.