La Fiscalía boliviana emitió ayer una orden de detención del expresidente Evo Morales, a quien el Ejecutivo golpista de Jeanine Áñez ha acusado de supuestos delitos de «sedición» y «terrorismo».

El ministro interino de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, compartió en Twitter una fotografía del documento en el que se ordena arrestar a Morales y trasladarlo ante la Fiscalía Especializada Anticorrupción para prestar declaración. «Sr. @evoespueblo (la cuenta de Morales en Twitter) para su conocimiento», escribió Murillo.

El Ejecutivo golpista presentó en noviembre contra él una denuncia en la Fiscalía por delitos como «terrorismo», al acusarle de incitar a la violencia contra el Gobierno provisional de Áñez desde su exilio en México, su primer destino como asilado tras salir del Bolivia el 11 de noviembre. Un día antes se vio obligado a dejar la Presidencia tras un informe preliminar de la OEA en el que se recogían algunas irregularidades en las elecciones, aunque no dudaba de la victoria de Morales, e instaba a repetirlas.

La denuncia se sustenta en pruebas como un vídeo en que se escucha una voz que las autoridades golpistas atribuyen a Morales, cuya autenticidad no ha sido demostrada. La voz, por teléfono y supuestamente desde México, incita a un dirigente cocalero en Bolivia, contra quien también hay una orden de detención, a mantener bloqueadas las ciudades.

«Vamos a ganar»

Morales, que ayer recibió la confirmación de su condición de refugiado en Argentina, aseguró el martes en Buenos Aires que fue víctima de un golpe de Estado y una «guerra sucia» impulsada por EEUU y que no teme ser detenido.

En la misma comparecencia, aseguró estar convencido de que «vamos a ganar las próximas elecciones. No voy a ser candidato pero tengo derecho a hacer política y acompañar a las candidatas y candidatos que para que puedan ganar las elecciones». No especificó especificar quién será el candidato de su formación, el Movimiento al Socialismo (MAS).

Morales pidió una misión internacional que garantice elecciones libres y transparentes, aunque desconfía de la OEA.