Con los abrazos y las lágrimas del final del partido entre Bilbao Basket y el Real Madrid del pasado domingo, se daba el pistoletazo de salida a la huelga de los hombres de negro. Al mismo tiempo, se ponían en marcha todos los mecanismos para reconducir un club que se muere.

Aunque la plantilla sigue con sus entrenamientos porque los plazos legales impiden a los jugadores iniciarla formalmente hasta la medianoche del sábado, la «huelga indefinida» está ya en vigor y el reloj corre, porque no jugar acarrea sanciones. En caso de ausentarse a un duelo, perdería por 2-0, recibiría una sanción económica entre los 3.000 y los 12.000 euros y quedaría último en cualquier desempate. En caso de una segunda incomparecencia, perdería la categoría de forma automática.

Por ello, el lunes hubo una comida-reunión entre los «cinco amigos» -Iñaki Calvo, Juan Elejalde, Javi Montoya, Carlos Del Campo y Enrique Guzmán- que pretenden asumir la dirección del nuevo Bilbao Basket, Raül López, Alex Mumbrú y Axel Hervelle en nombre de la plantilla y Rafa Pueyo en representación del cuerpo técnico, y hoy mismo volverán a reunirse con el propósito de hallar alguna solución real. Y rápida.

La noticia de esta reunión hizo disparar todas las especulaciones pero nada concreto, porque Gorka Arrinda sigue siendo el máximo accionista y no aparece ningún patrocinador después de que IMQ cerrara sus puertas por no ver viabilidad al plan de gestión emitido por el propio club.

«Tenemos un derecho constitucional de huelga cuando hay impagos, no es agradable y menos después de lo visto este fin de semana. Si hemos llegado a esta situación es porque se trata de algo inaguantable», explicaba Alex Mumbrú a la salida de la reunión del lunes.

Cambios en poco tiempo

Iñaki Calvo, llamado en muchos círculos a presidir Bilbao Basket, reconocía que el tiempo apremia, pero empleaba el símil del deporte de la canasta de que «en baloncesto se pueden hacer muchas cosas en poco tiempo».

Una de esas «cosas» podría ser acelerar una Junta de Accionistas para poder efectuar de manera real el cambio de poderes y tomar decisiones claves. «En estos momentos estamos con el reloj en nuestra contra y tenemos que tener una solución mucho más rápida y efectiva. El aficionado, el accionista y Miribilla hablaron y cambió el panorama», destacó Iñaki Calvo.

Comunicado de Gorka Arrinda

Gorka Arrinda, señalado como culpable de esta situación, emitía un comunicado en relación al «grupo alternativo de gestión» y respecto a su «nula capacidad de gestión del grupo».

En él, el máximo accionista afirmaba que «tal y como se escenificó en la rueda de prensa conjunta del 13 de marzo, he transferido la totalidad de las acciones al club cumpliendo el acuerdo que tenemos entre las partes. Dichas acciones se encuentran en su sede social. Con el fin de facilitar la transición, invito al `grupo de gestión alternativo' a formalizar su entrada en el Consejo para avanzar en la futura gestión del club».

En medio de estos movimientos, desde la Diputación de Bizkaia, se señalaba ayer a través de su portavoz Unai Rementeria, que la institución desea que el baloncesto de primer nivel «se mantenga» en Bizkaia. Para ello confía en que «Bilbao Basket sobreviva con la iniciativa privada». Hoy, un nuevo episodio.