«No es cuestión de deberes sino de compromisos». La afirmación del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, de que la izquierda abertzale tiene sin hacer sus deberes en materia de paz y normalización desenfoca el problema, en opinión de la izquierda abertzale. Pernando Barrena respondió el lunes, y el presidente de Sortu y portavoz de EH Bildu, Hasier Arraiz, señaló ayer que aunque Ortuzar «sea mayor que nosotros, no es nuestro padre, y mucho menos el que nos tiene que poner los deberes».

«La cuestión es que tiene que haber compromisos en el camino de la pacificación y la normalización política. Esos compromisos están encima de la mesa y el PNV tiene que decir sí o no», explicó Arraiz en declaraciones a ETB1 recogidas por Europa Press. Y pidió que «que nadie ponga deberes a nadie, pero es posible tomar compromisos conjuntamente. Nosotros estamos dispuestos a tomar nuevos compromisos, pero, en nuestra opinión, esos compromisos deben ser entre todos».

A pesar de las declaraciones de Andoni Ortuzar señalando que «a la izquierda abertzale se le está atragantando todo lo relacionado con la paz y la convivencia, y por eso pone el carro [Euskal Bidea] delante de los bueyes y hace trampa», lo cierto es que la formación jeltzale tiene desde hace más de una semana en su poder los compromisos que en esta materia está dispuesta a asumir y a compartir la izquierda abertzale.

Según ha sabido GARA, el PNV conoce la decisión del independentismo de buscar la adopción de compromisos comunes y su apuesta por una dinámica que definen como «compartida y constructiva». Ahora están, precisamente, a la espera de la respuesta que llegue desde Sabin Etxea y tienen dudas de que los jeltzales tenga disposición a adoptar esos compromisos, puesto que su actitud pública no se corresponde con las palabras que se cruzan en privado.

«Hemos hecho nuestra parte»

En su entrevista en ETB1, Hasier Arraiz aseguró que «nosotros hemos hecho nuestra parte. Es más, ya hemos hecho la autocrítica que ellos citan. No sé cuantas veces lo voy a tener que repetir, pero nosotros ya hemos dicho que, si la actitud que hemos mantenido durante muchos años respecto a las personas que han sufrido la violencia de ETA no ha sido sensible, lo sentimos, lo sentimos sinceramente. Nosotros ya hemos hecho esa autocrítica. ¿Qué más podemos decir o hacer?», se cuestionó.

El presidente de Sortu también preguntó «cuándo va a decir algo parecido el resto», ya que «en este pueblo ha habido muchos sufrimientos». «¿Cuándo van a responder los demás por el sufrimiento de los otros?. Creo que ya es hora para eso, y pienso que se debe hacer sinceramente en torno a una mesa y no a través de esas interpelaciones públicas, porque pensamos que es hacer puro electoralismo con un tema serio, y eso no nos gusta», declaró al respecto.

Asimismo, el dirigente abertzale, según recogió Europa Press, aseguró que la izquierda abertzale también quiere y está dispuesta a hablar de otro tipo de cuestiones, como el desarme de ETA, la situación de los presos o el reconocimiento y la reparación de las víctimas, por lo que ha emplazado a «sentarse en torno a una mesa y acordar compromisos».

Separar espacios

En una reciente entrevista con Arraiz publicada por este diario, el portavoz de EH Bildu defendía la compatibilidad de buscar acuerdos sobre elementos básicos para la normalización política de Euskal Herria, tanto en materia de paz como en la consecución del derecho a decidir, con mantener las diferencias sobre el modelo social y las cuestiones económicas. De hecho, el parlamentario sostenía que para que la confrontación entre izquierda y derecha se dé de una forma lógica, «urge la normalización del país y para EH Bildu es una prioridad buscar acuerdos en ese sentido».

«Tiene que ser compatible -defendía Hasier Arraiz en esa entrevista- el trabajar conjuntamente a favor del derecho a decidir y de la normalización del país, con una confrontación entre modelos económicos y sociales. PNV, PSE y PP abanderan un modelo que presentan como el único posible, y EH Bildu intenta, día a día, demostrar que eso no es cierto, que hay alternativas reales que se pueden llevar a cabo también desde las instituciones. Y esa confrontación no solo es legítima sino también necesaria».