El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, afirmó ayer en la rueda de prensa que siguió a la reunión semanal del Consejo de Gobierno que «somos conscientes de que vivimos un momento histórico en el que la incertidumbre a nivel internacional es lo único que podemos dar por seguro. Por ello, desde el Gobierno Vasco vamos a movilizar hasta 500 millones al servicio de la industria vasca con el objetivo de ayudarle a prepararse para los retos de futuro, con inversiones en áreas como la tecnología, la innovación, la internacionalización o la digitalización».

Se da la imagen, por un lado, de responder a una situación de urgencia y, por otro, da la impresión de una inversión enorme y meritoria.

Pero si rebobinamos, comprobaremos que en enero del año pasado, el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente que dirigía Arantxa Tapia anunció que «el Gobierno Vasco ha aprobado el Plan de Ayudas a Pymes 2024, que arranca con una oferta de más de 80 programas dotados con 562,2 millones de euros dirigidos a la mejora competitiva del tejido empresarial de Euskadi. Una ayuda que supera los 600 millones, teniendo en cuenta el resto de instrumentos ligados a financiación y apoyo a la actividad de los clústeres sectoriales».

Y todavía un año antes, el 20 de febrero, la misma consejera y el mismo Gobierno presentaron «el Plan de Ayudas para Pymes 2023. Con un presupuesto de alrededor de 600 millones de euros, este plan incluye 83 programas diseñados en 12 áreas temáticas, para mantener el dinamismo empresarial vasco, que crea riqueza y empleo pese a las dificultades».

Es decir, de inicio, en un momento con una coyuntura internacional difícil, que ha llevado al lehendakari, Imanol Pradales, a crear un Grupo para la Defensa Industrial que se constituirá hoy en Donostia, resulta que el Gobierno presenta un plan de ayudas 100 millones inferior a los activados en 2023 y 2024.

Lo efectivo es menor

Además de todo ello, según un estudio comparativo al que ha tenido acceso este medio, las ayudas repartidas por el Gobierno de Lakua en los conceptos ahora anunciados fueron de un total de 477.418.104 euros en 2023. En 2024, esa cifra se redujo a 447.841.633 euros.

La cuantificación real del plan de ayudas anunciado ayer es todavía menor. En realidad no son 500 millones sino 413,45, pendientes de ver cuál es su ejecución.

En el plan de ayudas anunciado ayer tras el Consejo de Gobierno apenas hay novedades con respecto a las convocatorias anteriores. Pese a que ayer se publicitó, por ejemplo, que «la descarbonización industrial cuenta con un peso muy destacado, con un programa específico de generación eléctrica para autoconsumo y renovables por importe de 80 millones de euros». En los planes de años anteriores ya se incluyeron partidas para la descarbonización industrial y transición energética por partidas muy superiores a esa cantidad.

Buenas perspectivas con Talgo

En la misma rueda de prensa y a preguntas de los periodistas, el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, aseguró que mantienen «intensas negociaciones» con Trilantic para que el consorcio vasco liderado por José Antonio Jainaga (Sidenor) adquiera su participación en Talgo, y aseguró que están «mucho más cerca de un acuerdo» de lo que estaban el pasado jueves, cuando presentaron su oferta. Por ello, expresó su deseo de que «ojalá lleve a una conclusión feliz cercana en el tiempo».

Jauregi recordó que el pasado jueves el consorcio vasco trasladó a Trilantic su oferta para adquirir el 29,8% de participación que tienen en Talgo y que se concreta en un fijo de 4,15 euros por acción más una parte variable que podría elevar el precio hasta los 4,80 euros. Apuntó que, desde ese día, están trabajando todos los días, incluido el fin de semana, e «intensificando la relación entre el vendedor Trilantic y el consorcio vasco en el que participan Sidenor, Gobierno Vasco, BBK y Vital».

El consejero de Industria añadió que están en un momento de «intensas negociaciones». Jauregi indicó que «la pelota vuelve a estar en el tejado del vendedor en estos momentos» y que confía en su oferta, que es «muy sólida y con alta certeza de ejecución», algo que «en este tipo de transacciones es muy importante». «Estamos intensificando las negociaciones ahora, sigamos haciéndolo con discreción», dijo.